El conflicto laboral provocado en Telemadrid a raíz de la presentación de un durísimo Expediente de Regulación de Empleo que amenaza con llevarse por delante a cerca del 80 por ciento de la plantilla --nada más ni nada menos que a 925 personas-- está provocando una situación irrespirable entre los trabajadores, muchos de ellos enfrentados por la estrategia del sindicato anarquista CGT, el mismo que está dejando en mantillas a Comisiones Obreras, que es mayoritario en la televisión autonómica, y a UGT. Y es que el divorcio interno entre el sector más radical de los huelguistas y aquellos que siguen trabajando se traduce en actuaciones tan vejatorias como emplear guantes de látex para "microfonar" a los presentadores, al objeto de no verse "contaminados" por ellos, considerados unos seres poco menos que infecciosos.
Día del señalamiento, insultos en la cafetería a la que muchos han dejado de acudir, procesiones con cruces negras al tiempo que se "dispara" con el dedo a los que osan trabajar se han convertido en actuaciones que no pocos califican de "nazis". Las relaciones entre las organizaciones sindicales tampoco son las mejores. Aseguran a este Buscón que Comisiones quiere sentarse a negociar las condiciones de un ERE que dan como inevitable al tiempo que promueven "actos de buena fe" para desbloquear la situación, mientras que UGT juega a dos aguas sin definirse del todo.
Pero los que tienen el "interruptor" de la emisión son los anarcosindicalistas, y ellos deciden cuando la emisora va a negro, que está siendo la mayoría de los días y no quieren ni oír hablar de nada que suene a mesa de negociación ni a días de indemnización por despido. La amenaza de una huelga indefinida está sobre la mesa.