En la primera parte de este artículo, se presentó un análisis comparativo de la evolución de tres tasas que caracterizan el funcionamiento del mercado laboral desde tres ángulos distintos. La de actividad, definida como el cociente del número de activos sobre la población mayor de 16 años, indica el nivel de participación de la población en edad laboral en el mercado de trabajo. La de empleo, definida como el cociente del número de ocupados sobre la población mayor de 16 años, muestra la capacidad de una economía para proporcionar empleo a la población en edad de trabajar. Y la de paro, definida como el cociente entre el número de parados y el número de activos (ocupados más parados), muestra la ineficiencia del mercado laboral para proporcionar puestos de trabajo a todos los trabajadores que buscan activamente un empleo.
Las conclusiones que alcanzamos resultaban bastante preocupantes para el mercado de trabajo en Cataluña. Las tasas de actividad de la comunidad autónoma con el resto de España (RdE) se han reducido considerablemente; y el diferencial con la Comunidad de Madrid se hizo negativo a finales de 2004 y así se ha mantenido desde entonces. Aunque el índice de empleo de catalán es superior a la del RdE, el diferencial entre ambas superaba 6 puntos porcentuales hasta 2008, pero ha descendido por debajo de ese umbral desde entonces y el diferencial con la Comunidad de Madrid ha sido negativo durante todo el período. Y la cifra de paro de la comunidad catalana, aunque ha sido inferior a la del RdE durante todo el período, se ha visto recortada en la segunda mitad de 2014 y en 2015, y ha vuelto a recortarse en 2018 y 2019; además, las tasas de paro han sido mayores que las de Madrid durante casi todo el período y la reducción del diferencial que se observó a partir de 2014 se ha interrumpido en los últimos trimestres. La conclusión general que alcanzábamos era que el mercado laboral en Cataluña ha perdido dinamismo en relación con el conjunto de España, y muy especialmente cuando se compara con Madrid, otra de las Comunidades más dinámicas de la economía española.
Dónde está hoy Cataluña
En un mundo global, los referentes hoy de Cataluña deberían ser no sólo el RdE y Madrid sino también países destacados por los buenos registros de sus mercados laborales. El Cuadro 1 muestra las tasas de actividad, empleo y paro en el tercer trimestre de 2019 de nuestras tres regiones y Estados Unidos como referencia mundial. Más allá del hecho de la pérdida de dinamismo del mercado laboral español en los últimos trimestres, las cifras que aparecen en el Cuadro 1 correspondientes al tercer trimestre de 2019 muestran diferencias de carácter más permanente. Si bien la comparación de los registros de la comunidad catalana (columna 1) con el RdE (columna 2) muestran cifras de actividad y empleo más elevadas y un índice de paro claramente inferior, la situación se invierte cuando es Madrid (columna 3) el punto de referencia: la comunidad autónoma presenta tasas de actividad y empleo algo inferiores y una cifra de paro ligeramente inferior.
Cuadro 1. Indicadores del mercado laboral en el tercer trimestre de 2019
Nota: las cifras de Estados Unidos son los promedios de los valores en junio, julio y agosto.
¿Cómo salen parados nuestros mercados laborales cuando se comparan estas tasas con las de Estados Unidos? En primer lugar, se observa que si bien la tasa de actividad del RdE es 5 puntos más baja, las tasas de Cataluña y especialmente la de Madrid se acercan bastante a la de Estados Unidos. En principio, parece una buena noticia. Esta similitud es, sin embargo, un espejismo que se desvanece en cuanto miramos a las otras dos tasas: las tasas de empleo son 5 puntos menor en Cataluña y 4 puntos inferior en Madrid, y las tasas de paro 7,3 puntos mayor en Cataluña y 6,6 puntos mayor en Madrid. Así pues, el aparentemente elevado nivel de actividad en Cataluña y Madrid se explica no por tener niveles de las tasas de empleo y paro similares, sino por tener en Cataluña y Madrid tasas de empleo varios puntos más bajas y tasas de paro mucho más altas. Quizá la EPA sobrevalore nuestras tasas de paro, pero lo que estas cifras sugieren es que hay un amplio margen para mejorar los resultados del mercado laboral en Cataluña y Madrid, aumentando las tasas de empleo y reduciendo las tasas de paro.
Las tasas de paro en Cataluña, el RdE y Madrid entre 2013 y 2019
La evolución de las tasas de actividad, empleo y paro están determinadas por la evolución de las tasas de crecimiento de las variables que las definen. Así, cuando el número de activos crece más que la población mayor de 16 años, la tasa de actividad aumenta; o cuando el número de ocupados aumenta a mayor ritmo que la población mayor de 16 años, se eleva la tasa de empleo; o, finalmente, cuando el número de ocupados crece más que el de parados, disminuye la tasa de paro. Por razones de espacio y actualidad, vamos a centrar la atención en los determinantes de la tasa de paro, el crecimiento del número de ocupados y de parados en Cataluña, el RdE y Madrid, en el período 2013-2019, unos años en que el conjunto de la economía española ha registrado crecimiento sostenido, aunque, como expuse en el artículo “Crecimiento, desaceleración y ciclo político”, el ritmo de crecimiento se ha visto influenciado por la inestabilidad política en que han estado inmersas Cataluña desde 2014 y España desde enero de 2016.
El Gráfico 1 muestra la diferencia entre las tasas interanuales de variación del número de ocupados y parados en el período 2013-2019 en Cataluña (línea roja) y el RdE (línea verde). Cuando la diferencia entre las dos tasas es positiva, la línea fluctúa por encima del eje de abscisas y la tasa de paro disminuye; y lo contrario ocurre cuando la diferencia es negativa. Obviamente, cuanto mayor es la diferencia entre la tasa de crecimiento de la ocupación y el paro, más intensa es la reducción de la tasa de paro. El Gráfico 1 muestra que, a partir de finales de 2013, la diferencia ha sido positiva tanto en Cataluña como en el RdE, si bien la línea de Cataluña se encuentra por encima de la del RdE casi todos los trimestres con dos excepciones: desde finales de 2013 hasta el inicio de 2016 y desde el cuarto trimestre de 2018 hasta la actualidad.
Gráfico 1. Crecimiento de ocupados menos crecimiento de parados en Cataluña y el RdE, 2013-2019
Variación interanual en porcentaje
En los últimos trimestres, se observa que aunque la línea del RdE apunta a la baja, el desplome que se ha producido en Cataluña es espectacular, desde el pico que podemos fechar en el primer trimestres de 2018 hasta el valor negativo alcanzado en el tercer trimestre de 2019. Estamos ante una desaceleración de la reducción de la tasa de paro que se ha mantenido durante seis trimestres consecutivos y que en el último trimestre ha supuesto un aumento del desempleo. El efecto de la desaceleración de la creación de empleo y reducción del paro se nota en el RdE , pero en Cataluña el efecto es muchísimo más acusado.
El Gráfico 2 muestra la diferencia entre los índices de crecimiento de ocupados y parados en Cataluña (línea roja) y Madrid (línea verde). Como en el Gráfico 1, observamos que desde el comienzo de la expansión ambas líneas han sido positivas y que la comunidad catalana domina la madrileña al inicio del período de expansión, aunque en este caso Madrid supera a Cataluña no solo en los últimos trimestres sino también en varios periodos de 2017, coincidiendo con la crisis política que desembocó en la proclamación de la independencia en octubre de 2017. Asimismo, conviene destacar que, en el caso Madrid, la evolución en los tres últimos trimestres de 2019 no apunta a la baja, como ocurría en el RdE. De hecho, se puede comprobar que la favorable evolución de la comunidad madrileña en relación a la catalana es robusta, porque se sustenta tanto en el crecimiento más intenso de la ocupación como en la caída del número de parados.
Gráfico 2. Crecimiento de ocupados menos crecimiento de parados en Cataluña y Madrid, 2013-2019
En porcentaje
Quién es el responsable último
En estos dos artículos hemos podido constatar que el mercado laboral de Cataluña no es inmune a la inestabilidad política en que está sumida desde finales de 2014. No sólo ha perdido fuelle la creación de empleo y la reducción del paro respecto al RdE sino que la comparación resulta especialmente desfavorable cuando se mira su evolución en el espejo de Madrid. No cabe achacar, por tanto, los problemas catalanes a la desaceleración de la economía española en los últimos trimestres, sino a otro hecho diferencial: la gestión, o más precisamente la mala gestión, que han hecho los responsables de la Consejería de Economía del Govern de la Generalitat. Y ahí encontramos a dos figuras clave de ERC, primero Junqueras vicepresidente económico hasta que fue destituido en octubre de 2017, y ahora Aragonès, quien fuera su mano derecha. Dos figuras a las que podríamos sumar los responsables de la Consejería de Trabajo, también en manos de ERC. Por los resultados obtenidos hasta ahora su gestión merece un suspenso categórico.