La costumbre de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de utilizar las instituciones públicas como agencia de colocación para sus allegados, compañeros de partido y personas afines parece que no tiene límite. Su último exceso con la contratación a dedo ha sido el fichaje de 13 asesores más en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), un organismo supramunicipal que ella misma preside. Así, el elenco de ‘enchufados’ de Colau en el AMB le va a costar tres millones de euros anuales al erario público hasta que finalice el mandato en 2023.
Con las nuevas incorporaciones, el capítulo de personal eventual del organismo metropolitano pasa a estar formado por 16 directivos, 55 asesores especiales y dos profesionales que se encargarán de la desmantelación del Consell Comarcal del Barcelonés, en trámite desde el año 2017, según ha publicado Crónica Global. Las contrataciones suponen disparar un 30% el número de asesores metropolitanos en nómina respecto al anterior mandato.
Fuentes de AMB han corrobora el aumento del personal eventual del organismo -también aparece publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB)- pero han insistido en que se trata de un procedimiento completamente legal, porque se trata de nombramientos libres que “no requieren de pública concurrencia”.
Sueldazos de hasta 112.000 euros brutos anuales
Los directivos del AMB tendrán durante este mandato suculentos sueldazos que oscilarán entre los 112.707,66 euros y los 81.050,48 euros brutos anuales. Por su parte los asesores percibirán unos emolumentos de entre 69.153, 53 euros y 52.075,80 euros brutos anuales, tal y como puede consultarse en la propia página web del Área Metropolitana de Barcelona. Si sumamos todos las nóminas, el montante salarial supera los tres millones de euros.
El aumento de la plantilla no ha sorprendido demasiado a los partidos de la oposición en el Área Metropolitana y tampoco a los del Ayuntamiento de Barcelona, porque todos coinciden en destacar que están “acostumbrados” a este tipo de políticas por parte de Ada Colau, aunque son "éticamente reprobables", como también lo es el aumento desorbitado del gasto municipal "en propaganda y comunicación". Nada que ver con el revuelo que se produjo durante el pasado mandato cuando se revelaron los salarios de los altos directivos de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en mitad del conflicto de los trabajadores del metro barcelonés.