Casi toda la oposición en pleno -únicamente el Grupo Municipal de ERC ha preferido guardarse su opinión mientras estudia a fondo la documentación- ha cargado de forma unánime contra la decisión del gobierno de Ada Colau (Barcelona en Comú) y Jaume Collboni (PSC) de desautorizar el proyecto de construcción del Museu Hermitage en la futura segunda bocana del puerto de Barcelona. Los líderes de Ciudadanos (Cs), Barcelona pel Canvi (BCN Canvi), PP y Junts per Catalunya (JxC) han coincidido en destacar que la decisión es “más ideológica que técnica” y que Barcelona está dejando escapar una gran oportunidad.
Los primeros en salir a la palestra contra el anuncio del gobierno municipal ha sido los dos concejales de BCN Canvi, Manuel Valls y Eva Parera. Ambos han tildado de “error” la decisión. “Estamos ante un nuevo fracaso” que privará a la ciudad “de puestos de trabajo” y de “enriquecimiento”, han coincido los ediles. Para Barcelona pel Canvi es inconcebible que se presenten unos informes para “dar cobertura a una decisión que ya había sido tomada previamente”.
La formación de Valls también ha cargado contra el veto al proyecto cultural porque se ha hecho “sin esperar a conocer la opinión de los otros grupos de la oposición” y en contra de la opinión generalizada de los vecinos del barrio de la Barceloneta y de más de 40 entidades culturales. BCN Canvi ha anunciado lal presentación de una moción para que en el próximo pleno municipal se debata sobre el rechazo municipal al museo.
Se pierde una oportunidad para atraer turismo de calidad
También ha castigado el sectarismo de Colau y Collboni la Presidenta del grupo municipal de Cs, Luz Guilarte, quien ha lamentado que la ciudad pierda “una nueva oportunidad para generar empleo y atraer turismo de calidad. Deberíamos estar hablando de dónde y cuándo se inaugura el Hermitage (diseñado por el prestigioso arquitecto japonés Toyo Ito) y no de los prejuicios ideológicos del gobierno”, ha incidido.
Para Guilarte, la decisión de comunes y PSC es una nueva prueba “de su incapacidad para gestionar y para fomentar la colaboración público-privada que tan necesaria es para afrontar los retos de Barcelona”. La concejal de Ciudadanos, Marilén Barceló, ha recordado que ya en 2015 el entonces concejal de BeC y responsable de Cultura (ahora con escaño en el Congreso de los Diputados), Jaume Assens, calificó al Hermitage como un “McDonald’s cultural”.
Tampoco se ha mordido la lengua el concejal de JxCAt, Ferran Mascarrell. Se da la circunstancia de que Mascarell era el Conseller de Cultura de la Generalitat en 2012 cuando se firmó el acuerdo que puso las bases para la llegada del Hermitage a Barcelona. Ferran Mascarell ha calificado los informes que justifican el veto de “no concluyentes”. “Es una decisión ideológica que demuestra falta de ambición por la ciudad. Seguro que nadie pondría en duda el proyecto si se estuviera hablando de construir un centro comercial”, ha aseverado el edil.
Una herencia devaluada y sin ambición
El portavoz del grupo municipal del PP. Oscar Ramírez, también ha sido contundente: “La herencia de Colau será una Barcelona devaluada y sin ambición”. Según Ramírez, desde que la alcaldesa se hizo con la vara de mando, se ha despreciado cualquier iniciativa “para mejorar la oferta cultural de la ciudad” y se ha cerrado la puerta a“a los nuevos proyectos que crean empleo y prestigian la ciudad”. Por contra, se han perdido iniciativas tan potentes “como la Agencia del Medicamento y más de 30 proyectos hoteleros perdidos, entre ellos Hyatt y Four Seasons”, ha lamentado el concejal popular.