El Parlament ha dado luz verde este martes al decreto que permitirá a la Generalitat encarar diferentes pagos y endeudarse mientras se tramitan los presupuestos de 2020. El objetivo es poder hacer frente a las amortizaciones que vencen este año, así como formalizar operaciones de endeudamiento y avales hasta que sean aprobadas las nuevas cuentas públicas catalanas.
El vicepresidente del Govern y consejero de Economía, el republicano Pere Aragonés, ha explicado durante la sesión parlamentaria que este decreto permitirá "formalizar operaciones imprescindibles para el funcionamiento correcto de la Administración". Aragonés ha recordado también que el decreto es "una norma suprema con rango de ley" y ha subrayado que solo estará vigente "durante los primeros meses de este año".
Aragonés también ha explicado que el Govern ha llevado este decreto al Parlament con la "convicción" de que el trámite de los presupuestos de este año se llevará a cabo. "Tenemos un acuerdo presupuestario", ha dicho Aragonés, en referencia al apoyo que ya han mostrado a las cuentas de ERC y JxCat los integrantes de En Comú-Podem. De ahí que el vicepresidente esté aparentemente seguro de que los presupuestos de 2020 se tramitarán a partir de mañana en la cámara.
Temeridad
Sin embargo, lo cierto es que Aragonés no debe tener muy claro que esto vaya a suceder, pues, poco antes de celebrarse la sesión de esta tarde, el vicepresidente de la Generalitat ha afirmado que, si algún grupo de la cámara decide llevar los presupuestos al Consejo de Garantías Estatutarias, lo hará por "filibusterismo parlamentario". En su opinión, sería una "absoluta temeridad" dejar los presupuestos sin aprobar ahora que existe "una mayoría parlamentaria que lo puede hacer".
Aragonés, finalmente, ha asegurado que las nuevas cuentas son "buenas para la ciudadanía". Y ha recordado, en este sentido, que prevén 3.000 millones más de euros de gasto que las que están actualmente en vigor, las de 2017.