El presidente de la Generalitat, Quim Torra, había hablado con Peres Aragonés, vicepresidente de la Generalitat, JxCat, ERC y sociedad civil antes de tomar la decisión de convocar las elecciones tras aprobar los Presupuestos.
Torra no ha aclarado si había hablado con Carles Puigdemont sobre el anuncio realizado este miércoles. "Era una decisión transcendental" y adoptada desde la "responsabilidad", ha señalado en una entrevista a Catalunya Ràdio. Aún no ha hablado con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con quien se citará el próximo 6 de febrero en Barcelona.
No era partidario de sustituir a los consejeros de ERC
Según se ha conocido, los consejeros de JxCat habían considerado la necesidad de tomar medidas contra ERC, como sacar a los consejeros republicanos del Govern, pero el presidente de la Generalitat se negó. "No era partidario de sustituir a los consejeros de ERC", ha apuntado, sino de la "unidad".
"He tenido muchas reuniones de los partidos independentistas para consensuar una respuesta", ha indicado, incluso tomando en cuenta la propuesta de la CUP para alcanzar la autodeterminación lo antes posible, junto con la amnistía.
"Siempre he sido leal con todos los consejeros, sean del color que sean", ha dicho Torra. "Todas las declaraciones y el plan de acción del Govern han sido consensuados", ha añadido. La ignición del fuego entre JxCat y ERC se inició con el rechazo de los republicanos a la investidura de Carles Puigdemont.
"Me hubiera gustado que otros me hubieran acompañado en mi desobediencia", ha lamentado Torra. Mientras el presidente del Govern se negaba a retirar las pancartas, éstas fueron borradas de las fachadas de las Consejerías. "El problema no fue que yo no quitara la pancarta, sino que otros no hicieran lo mismo", ha insistido. "No nos vamos a doblegar, por eso voy a mantener la pancarta", ha reiterado.
Según ha comentado, sus abogados están preparando el recurso contra su inhabilitación, cuyo plazo para presentarlo expira esta misma semana.
Sobre los Presupuestos, JxCat votará a favor de las cuentas tras asegurar que el grupo político no iba a participar en ninguna votación hasta que Torra pueda votar como diputado. La amenaza se produjo después de que la Mesa del Parlament retirase el acta al presidente de la Generalitat para acatar la orden de la Junta Electoral Central, ratificada por el Supremo.