Desde hace poco más de una semana, el hospital Vall d’Hebron de Barcelona dispone del primer centro de investigación sobre migraña de todo el país. Un espacio pionero cuyo equipo, encabezado por la neuróloga Pozo-Rosich, pretende estudiar la respuesta del cerebro al entorno, sobre todo el migrañoso, intentando comprender cómo funciona esta patología. El Migraine Adaptative Brain Center también pretende predecir los ataques de migraña, así como hallar nuevos tratamientos que mejoren la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad silenciosa.
En el Migraine Adaptative Brain Center se tratará a 8.000 pacientes anuales que podrán participar en los proyectos de investigación desarrollados, si así lo desean.
Más de cuatro millones de afectados de todas las edades
La La migraña es una enfermedad cerebral que se manifiesta con ataques episódicos y recurrentes de dolores de cabeza (una vez al año o varias a la semana) asociados a otros síntomas como hipersensibilidad a la luz, al ruido y al movimiento, náuseas y alteraciones cognitivas. Estos ataques duran entre 4 y 72 horas e impiden desarrollar las actividades diarias, sean cuales fueren.
Según la Organización Mundial de la Salud, la migraña es la sexta enfermedad que genera más discapacidad por los años perdidos, el sufrimiento ocasionado y la pérdida de productividad a quienes la padecen. En nuestro país, la migraña afecta a más de 4,5 millones de personas (tres mujeres por cada hombre) de todas las edades. Es decir, niños y adultos. Desde el punto de vista económico, la migraña produce un gran impacto en las arcas de la Seguridad Social, al superar los 1.800 millones de euros anuales en todo el país, según fuentes del hospital Vall d’Hebron. En la Unión Europea, los costes médicos exceden los 111.000 millones.
Un centro pionero en España y el resto de Europa
Como centro de investigación y asistencia clínica innovador, el Migraine Adaptative Brain Center estudiará porque el cerebro con migraña reacciona de forma exagerada a determinados estímulos, por ejemplo luz o sonido. El cerebro sin migraña se adapta a los agentes externos, mientras que el de una persona con esta enfermedad tiene más dificultades para asimilar los cambios bruscos. Una luz muy intensa o un ruido repetitivo pueden desencadenar un ataque de migraña en algunas personas. Cuando se entiende como sincroniza el cerebro con migraña de una persona con el entorno, se puede contribuir a mejorar la calidad de vida del resto de las personas. Los resultados podrían dar pistas para ofrecer puestos de trabajo con condiciones de iluminación y sonido saludables para el cerebro de todos los trabajadores.
En suma, los pacientes con migraña padecen una enfermedad crónica y, gracias a este espacio, recibirán pautas que les permitirán adaptarse y convivir mejor con la misma. En este sentido, la Dra. Patricia Pozo-Rosich ha recalcado que la migraña es muy grave e incapacita y obliga a quedarse en casa, con la luz apagada y en silencio. Para la experta es necesario dar visibilidad a esta enfermedad hereditaria que ejerce un impacto muy negativo durante la etapa más productiva de la vida.