AENA ha lanzado una ofensiva mediática para publicitar sus planes de crecimiento de el aeropuerto de El Prat. El tema de fondo, el aumento del número de operaciones de 78 a 90. El operador aeroportuario dice que su opción es el alargamiento en 500 metros de la pista que va paralela al mar. Para hacer digerible la medida se ha anunciado una inversión de 1.500 millones en una Terminal Satélite y en una zona hotelera y empresarial. Pero esta opción, según fuentes consultadas por El Liberal, es inviable por motivos ecológicos al tratarse de una zona protegida, y las autoridades de AENA lo saben, aunque pretendan disminuir su importancia ecológica.
Europa no lo autorizara como no lo ha hecho con otros aeropuertos en circunstancias parecidas. Lo que se pretende realmente es volver a 2004 y que las pistas actúen independientemente lo que , efectivamente, aumenta las operaciones a costa de contaminar acústicamente de forma muy grave a los municipios colindantes, cuyos alcaldes ya están siendo visitados por el Presidente de AENA, Maurici Lucena, para ‘convencerles’ de la bondad de su propuesta.
Los vecinos temen que la oposición de los Ayuntamientos no sea tan firme como lo fue cuando el gobierno central era de otro color político. De momento ya han despedido a los asesores contrarios a los planes de AENA y que fueron decisivos en las negociaciones anteriores.
Los vecinos creen que se trata de una mera operación de distracción para acabar imponiendo la única solución de aplicación inmediata: el funcionamiento independiente de las dos pistas paralelas. Ello implica aumentar drásticamente los vuelos sobre zonas pobladas.
Los vecinos no parecen dispuestos a aceptar sumisamente esta solución. Aceptarían la construcción de la Terminal Satélite, aún aumentando el tráfico, siempre que se blinde el funcionamiento segregado de las pistas. A medio plazo es inviable que El Prat crezca mucho más y la única solución es hacer lo que se ha hecho en casos parecidos como Londres, París o Milán: una red de aeropuertos, con Girona y Reus, con buenas comunicaciones entre ellos, y que actúe de forma coordinada. Además, así se reequilibra el territorio. Y mientras tanto tratar los momentos de congestión, básicamente el despegue a primera hora de la mañana, con unas adecuadas políticas comerciales con lo que se aumentaría el tráfico sin volver a las pistas independientes.
Empeñarse en lo imposible puede servir a los planes políticos cortoplacistas de impacto ante la opinión pública, de vender que el nuevo gobierno se ocupa de Cataluña para dar contenido a la mesa de negociación con los independentistas, pero retrasara las verdaderas soluciones y generara un conflicto social. Los vecinos no van a aceptar pasivamente el aumento de la contaminación acústica y la desvalorización de sus viviendas por una solución, las pistas independientes, que no resuelven los problemas a medio plazo y que buscan beneficios políticos.