Parafraseando a Gabriel García Márquez, los gametos de una hipotética Cataluña Suma al estilo navarro -que integrara bajo unas siglas unitarias al PP, a Ciudadanos (Cs) y a la Barcelona Pel Canvi (BCN Canvi) de Manuel Valls- no son la crónica de una muerte anunciada pero casi, casi. Su abiogénesis no se halla aún en los mapas ni hay casilla de salida. No importa. Nadie se atreve tampoco a descartar del todo que el embrión sea alumbrado si el viento sopla a favor, o la presión de la sociedad civil lo hace inevitable.
Pero mientras eso no ocurre, se mira hacia otro lado. Hasta el PP de Cataluña, presunto padre biológico de la criatura, prefiere escurrir el bulto y no mover ficha, quizas para no quemar antes de hora el invento de reunificar el constitucionalismo catalán bajo un mismo blasón-y así barrar el paso al separatismo y finiquitar el procés de una vez por todas.
Silencio entre los partidos constitucionalistas catalanes, nadie perece saber nada de Cataluña Suma. Pero todos están a la espectativa. El más atrevido es el presidente del Grupo Municipal de PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, que no duda en romper una fervorosa lanza en favor de la convergencia de fuerzas: “Si hay que hacer una coalición, que se haga. Y si hay siglas que tienen que desaparecer, que desaparezcan”, defiende. Pero bien sabido que Bou cabalga solo.
Paradójicamente (porque el invento de Cataluña Suma nace del PP catalán y tiene en Pablo Casado, presidente nacional de los conservadores, a su mayor valedor nacional), los populares esconden la cabeza como el avestruz cuando se les pregunta por el proyecto. “De momento preferimos no hacer declaraciones sobre posibles coaliciones”, se excusa un portavoz. A eso se le llama tirar la piedra y esconder la mano. O tal vez sea un envite de tacticismo, programado para ver por dónde respiran sus socios naturales e ir creando un ambiente favorable en la sociedad catalana.
Las tres formaciones implicadas le dan la espalda
No es de extrañar, por tanto, que el resto de piezas políticas del puzzle tampoco estén por la labor de botar el barco y sí se sumen, pero a dar la callada por respuesta. O lo que es peor: la espalda.
Carlos Carrizosa, Jefe de la Oposición en el Parlament de Catalunya y Presidente del Grupo Parlamentario de Ciutadans en la cámara catalana, no lo ve nada claro. “Tenemos la mano extendida al constitucionalismo y nos reunimos constantemente con todos para buscar soluciones al reto del procés. Pero no ha llegado el momento de confluir en una plataforma electoral, hay otros problemas más importantes que resolver antes”, reitera Carrizosa.
Para Carrizosa (Cs), no ha llegado el momento de confluir en una plataforma electoral
A nadie se le escapa que las relaciones entre la formación naranja y Valls llevan tiempo rotas y nadie parece tener intención de dar el primer paso para reconstruir los puentes. “No sabemos si Casado se ha reunido con Valls”, dubita el presidente parlamentario de Cs. Pero está claro que Ciudadanos no lo ha hecho.
Desde Cs ven la iniciativa como un movimiento estratégico del PP
Otras fuentes de CS consultadas por El Liberal también desdeñan el proyecto de Cataluña Suma y directamente atribuyen que el tema haya salido a la palestra a “un movimiento estratégico del PP” o, sin tapujos, lo califican de “globo sonda” de los conservadores catalanes. No le ven futuro.
Un alto dirigente del partido naranja cree que la iniciativa nunca verá la luz porque “es un burdo intento del PP de fagocitar a los otros y sumar base”. Y esa es una maniobra “a la que los afiliados de Cs son y serán reacios”. El dirigente recuerda que el reciente acercamiento de los naranjas al PP no solo ha generado malos resultados electorales sino también “malestar entre los afiliados”, que prefieren poner tierra de por medio con los de Casado. “La figura del 'socio preferente' ha sido muy criticada internamente y no vamos a caer otra vez en el mismo error. Los militantes se sienten más cómodos si el partido mantiene la equidistancia entre el PP y el PSOE”, insisten las mismas fuentes. “Ahora lo que Ciudadanos necesita es marcar perfil propio, recuperar el centrismo” y dejarse de historias, concluyen.
No obstante, no se puede obviar que el momento actual de Cs es delicado y está marcado por la interinidad, a las puertas de la asamblea general prevista de la que depende su futuro inmediato. Tal vez cuando las aguas naranjas vuelvan a su cauce y se enderece el timón de la formación liberal se replanteen todo e incluso apuesten por liderar esa misma plataforma que ahora desdeñan.
y se encuentra
El tercer integrante de la futurible plataforma unitaria (la Barcelona pel Canvi de Valls) tampoco está, al menos formalmente, por la labor. Fuentes del entorno del ex Primer Ministro de Francia niegan que haya habido ningún contacto con los otros dos partidos, y no quieren saber nada de una posible coalición. Cualquier información que los relacione con una precuela de Cataluña Suma “no se basa en hechos reales”, advierten. Pero tampoco quieren dejar del todo cerrada la puerta. Por si acaso. De hecho diversas fuentes consultadas por Elliberal han señalado que el contacto entre Casado y Valls ha existido, aunque no se concluyera con ningún acuerdo concreto.
El constitucionalismo quiere aprovechar el capital político de Valls
En BCN Canvi, son consciente que la figura de Valls es un caramelo y que más de uno “quiera aprovechar el capital político” del líder barcelonés para hacer decantar la balanza electoral en su beneficio. Aunque también levanta muchas resistencias, en particular en Ciudadanos dolidos por su divorcio tras las elecciones. Pero no van a dar su brazo a torcer. “Es lógico que los demás partidos quieran saber si nos presentaremos o no a unas autonómicas porque nuestra candidatura cambia el panorama electoral”, señalan desde la plataforma barcelonesa.
La plataforma de Manuel Valls es consciente de que la presencia de su candidatura cambia el panorama electoral catalán
Los de Valls creen que son la llave que podría abrir cualquier cerradura unitaria y no quieren adelantar acontecimientos. “La decisión de concurrir a las elecciones y de hacerlo solos o en coalición con alguien será nuestra”, aclara un portavoz. Y rehuye cualquier tipo de matización al respecto: “No tiene sentido hablar de ello cuando ni siquiera se han convocado elecciones”. No obstante, nadie dice que las cosas cambien cuando la cita electoral ya tenga marcada una fecha en el calendario.
Trío de noes. Con estas cartas, Cataluña Suma por ahora parece que lo tiene difícil para ganar la partida. Pero todavía se guarda muchos ases en la manga.