La pandemia de COVID-19 no solo ha puesto patas arriba el sistema sanitario sino que, a medida que pasan los días de confinamiento, las diferencias entre los políticos se van acentuando, tanto a nivel nacional como en Cataluña. En la Generalitat, da la impresión de que los aún socios de gobierno JxCat y ERC están afrontando la crisis por separado. Y eso que los republicanos tienen en sus manos la gestión de las dos cuestiones que más preocupan ahora mismo a los ciudadanos: el sistema sanitario y las residencias para mayores. JxCat, por su parte y con Quim Torra como imagen más visible, intenta afrontar la crisis económica que ya nadie niega y la relación con el Gobierno central de Pedro Sánchez, también acorralado por la epidemia.
Los consejeros Alba Vergès y Chakir el Homrani son los titulares de los departamentos de Salud y Asuntos Sociales. A ambos les han llovido las críticas por cuestiones como la falta de material de protección para el personal sanitario o, aún peor, la precaria situación de los ancianos ingresados en residencias para mayores y especialmente afectados por el coronavirus. Críticas que también se han formulado desde JxCat, aunque de forma velada. Es el caso de la postura de Quim Torra cuando se dio a conocer la situación de las residencias para mayores en Cataluña. No atacó directamente a El Homrani pero sí le recriminó que no hubiera puesto en marcha una política comunicativa adecuada a la situación.
"No había peligro"
La también posconvergente Laura Borràs ha actuado este martes de la misma manera, lanzando su queja contra Alba Vergès en una entrevista en El Periódico. Borràs ha asegurado que "nadie se podía imaginar lo que ha acabado pasando" y ha puesto la cancelación del Mobile World Congress (MWC) como ejemplo de la supuesta rapidez con que Cataluña tomó medidas. En este punto, ha recordado, sin embargo, que desde el departamento que dirige Alba Vergès "decían que no había peligro" y que fueron los "expertos" los que recomendaban la suspensión".
Argumentos que, en realidad, poco tiene que ver con lo sucedido entonces, cuando el hoy asesor del Govern en COVID-19, Oriol Mitjà, decía cosas como que el coronavirus era "una enfermedad psicológica". Y, si bien es verdad que desde el departamento de Vergès se intentó quitar importancia a la enfermedad para evitar la cancelación del MWC, lo cierto es que fueron los organizadores del evento, y no la Generalitat, los que se vieron obligados a bajar la persiana antes de levantarla, cuando las principales telecos decidieron no participar.
En esta lucha entre JxCat y ERC, que se abrió del todo con la aceptación de la inhabilitación de Torra como diputado por parte del presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, se ha dado esta semana una paso más con los plenos telemáticos como excusa. Los posconvergentes apuestan por una regulación de urgencia en el Parlament para mantener la actividad parlamentaria mientras dure la crisis del coronavirus. Así lo han planteado mediante un escrito a la Mesa del Parlament.
Terremotos, conflictos y paralización
Desde ERC se ha presentado otra propuesta que tiene como finalidad una regulación permanente de los plenos telemáticos para situaciones como la que actualmente vive Cataluña. Pero contempla también otras situaciones que son, cuando menos, curiosas: terremotos, inundaciones, accidentes de gran magnitud, episodios graves de contaminación, paralización de servicios públicos esenciales y conflictos.
Así las cosas, queda cada vez más claro que tanto JxCat como ERC, más allá de la crisis del coronavirus, tienen la vista puesta también en las próximas elecciones autonómicas. Unos comicios que, tal y como anunció Quim Torra tras su inhabilitación como diputado el pasado mes de enero, se convocarán una vez el Parlament apruebe los presupuestos de este año. Y ni un partido ni otro parecen estar dipuestos a dejar pasar las pequeñas oportunidades de enfrentamiento o campaña que les va dando la crisis del COVID-19. Mientras tanto, Cataluña sigue sumando a diario contagios y fallecimientos por el virus que vino de Wuhan.