La cumbre hispano-marroquí que hoy se celebra en Rabat, la primera de esta índole en cuatro años, no solo será la cumbre de la reconciliación, donde los dos países restañarán las heridas veraniegas causadas por nacionalistas marroquíes en islotes españoles ubicados frente al Valle del Rif; tampoco será exclusivamente una cumbre política: si Marruecos fue el primer país que Zapatero visitó, en 2004, Mariano Rajoy acudirá con siete ministros (la mitad de su gabinete: Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; Interior, Jorge Fernández; Fomento, Ana Pastor; Agricultura, Miguel Arias Cañete; Industria, José Manuel Soria; Educación, José Ignacio Wert; y Justicia, Alberto Ruiz Gallardón). La reunión de Rabat será, ante todo, una cumbre empresarial, con un convite de directivos de grandes sociedades que quita el hipo, representados todos ellos por el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell.
Entrevistado por RTVE, el primer ministro marroquí, el islamista moderado Abdelilah Benkirane, invitaba ayer a las entidades españolas a invertir en su país. Y esa es la intención: junto a los ocho altos miembros del Gobierno viajarán hasta 60 directivos de grandes empresas. En ese séquito, destacan las constructoras e inmobiliarias, asfixiadas en España, así como aquellas compañías dedicadas a los sectores de infraestructuras, agua y energías renovables. La presencia de ministros como Soria o Pastor es sintomática. También lo es el hecho de que un cuerpo importante del Ejecutivo español viaje en tropel a solo cinco días de haberse presentado los polémicos Presupuestos Generales del Estado.
Por parte empresarial, acudirán la cita, entre otros directivos, los presidentes de Acciona, José Manuel Entrecanales; Cepsa, Santiago Bergareche; Iberia, Antonio Vázquez; y Cuatrecasas, Emilio Cuatrecasas; y los consejeros delegados de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), Andrés Arizcorreta, y la embotelladora Cobega, Mario Rotllant, por citar sólo algunos nombres de la extensa comitiva. Rosell, por su parte, se verá con su homólogo marroquí, Meriem Bensaleh Cheqrun, presidente de la patronal CGEM.
La visita llega tras la adjudicación a Acciona, la semana pasada, del mayor contrato logrado hasta ahora por una empresa española en Marruecos: la construcción de la primera central de energía termosolar en el país, que ofrece enormes oportunidades para un sector en el que las empresas españolas son líderes mundiales. El contrato, valorado en 770 millones de euros, tenía membrete español desde que se conoció que los finalistas serían tres consorcios participados, además de por Acciona, por Abengoa y ACS.
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