El 12 de octubre de 2024 no pasará a la historia por ser un buen día para Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha tenido que someterse al juicio público de los asistentes al desfile militar de la Fiesta Nacional para después ser increpado, ante numerosos testigos, por la presidenta de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo, Maite Araluce. Todo ello en una semana convulsa tanto para él como para su Gobierno tras las últimas informaciones aparecidas vinculadas al 'caso Koldo'.
Ni siquiera ha podido encontrar apoyo en Begoña Gómez, su esposa. Como es habitual desde el pasado 2018, cuando protagonizó un error de protocolo situándose al lado del Rey en el besamanos, la primera dama no ha hecho acto de presencia - ni en el desfile, ni en la recepción de los monarcas en el Palacio Real-
A su llegada, que ha coincidido con el recorrido del Rey por el Paseo de la Castellana, Sánchez ha recibido una sonora pitada pese al dispositivo de seguridad elegido para la ocasión, que colocaba al público bastante alejado de la zona de autoridades. Los abucheos e improperios dieron paso a vivas al Rey, que ha llegado pocos minutos después.
El presidente del Gobierno ha acudido al desfile desatendiendo al protocolo, como es habitual en él en los actos a los que acude el Rey, y rompiendo con la regla de vestimenta: Pedro Sánchez ha querido afrontar el desfile con un anorak con capucha que, no solo no la llevaba puesta sino que, además, la tenía del revés.
Los sonidos de viento han regresado al acabar el evento, cuando Sánchez, junto al Rey, saludaba a las principales autoridades militares del Ejército. Alguno de los improperios, de hecho, se ha colado por los micrófonos de la emisión oficial. Una vez Felipe VI se ha subido a su coche para abandonar el desfile, Sánchez ha hecho lo propio, recibiendo otra ruidosa pitada acompañada por numerosos insultos.
Ya en la recepción, lejos del ojo crítico de la ciudadanía, Sánchez ha vuelto a sufrir un momento de extrema incomodidad: en un corrillo, Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, se ha acercado al presidente del Gobierno para echarle en cara varios asuntos, entre ellos el no haber leído una carta en la que solicitaba no sacar adelante la ley que permite rebajar penas a algunos terrorista de ETA.
"No la he leído porque estaba de viaje", ha contestado Sánchez después de que Araluce le dijera que no tiene "ningún respeto" a las víctimas y acusarle de haberles "abandonado". El choque dialéctico, del que Vozpópuli ha sido testigo, ha terminado con la presidenta de la AVT diciendo al líder del Ejecutivo que tiene "tiempo hasta mañana" para rectificar de la decisión tomada en el Congreso.
Un cierre de jornada incómodo para un Pedro Sánchez que ha reconocido ante los periodistas asistentes que no está preocupado por el caso Koldo después de actuar con "contundencia, prontitud y transparencia" tras estallar el escándalo, del que ahora se conocen más detalles después de las últimas pesquisas de la UCO publicados.
De este modo, se cierra una jornada de desfile que ya en la previa se esperaba crítico para Pedro Sánchez, acorralado por diversos casos de corrupción que se dirimen en los tribunales y por la fragilidad parlamentaria en la que sostiene su Gobierno. Las últimas revelaciones de la UCO en el caso Koldo apuntan que el presidente del Ejecutivo conocía de antemano la llegada a Madrid de la vicepresidenta de Venezuela en el escándalo conocido como Delcygate, poniendo en entredicho las diversas versiones que hasta ahora habían ofrecido desde Moncloa.
El intermediario Víctor de Aldama es considerado por muchos como la piedra angular de muchos de los casos que investiga la Justicia y salpican al Gobierno. En el Gobierno hay una creciente inquietud por las revelaciones que pueda hacer el empresario. También existe alarma por el devenir de los casos que afectan a la esposa del presidente, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez, también conocido como David Azagra.
Todos estos episodios han pesado en la recepción de Pedro Sánchez a la tribuna de autoridades del desfile militar del 12 de octubre. Asimismo hay que recordar otras polémicas políticas recientes, como la puesta en marcha de una reforma legislativa que permitirá a una cuarentena de presos de ETA reducir sus penas en las cárceles; entre ellos, históricos dirigentes como Xabier García Gaztelu, alias Txapote, José Javier Arizcuren Ruiz, alias Kantauri, María Soledad Iparraguirre, alias Anboto, o Juan Carlos Iglesias Chuzas, alias Gadafi, entre otros.