Podemos ha dado el primer paso para imponer que el Congreso vote la reforma de la ley para elegir al Consejo General del Poder Judicial. El partido de Pablo Iglesias quiere llevar cuanto antes al Parlamento la votación para rebajar la mayoría necesaria para renovar el organismo de los jueces. Aspira a cerrar los trámites antes de las elecciones catalanas de febrero. Los morados creen, no obstante, que el ministro de Justicia Juan Carlos Campo puede torpedear sus planes y lanzan los primeros avisos contra él.
Iglesias empezó a trabajar en ese plan nada más verse que los presupuestos estaban casi amarrados y en plena eclosión del conflicto en el Ejecutivo por la salida de Ciudadanos. Mientras los ministros moderados se quejaban ante Sánchez por las maniobras de los morados, el vicepresidente del Gobierno ya había cambiado de pantalla.
Como adelantó el lunes este diario, él y sus lugartenientes empezaron rápidamente a “moverse” para resolver el asunto del CGPJ. “Por si acaso”, recalcaban fuentes conocedoras de esos movimientos, cuyo pistoletazo de salida se apreció el pasado martes en el Congreso.
Jaume Asens, uno de los hombres de máxima confianza de Iglesias, afirmó que había que “sacar del congelador” la reforma de la ley del CGPJ. Iglesias había amenazado con ello el día anterior, y en redes sociales reiteró su apuesta el día siguiente por rebajar la mayoría para renovar el CGPJ y contestando directamente al dirigente del Partido Popular Teodoro García Egea.
Una cuestión de tiempo
Los morados creen que el PP no tiene argumentos para mantener una línea roja sobre su presencia en la negociación del organismo que elige a los jueces. Con sus tres millones de votos, Podemos debe ser legitimado. En esto coinciden tanto la cúpula como otros dirigentes y miembros de la formación a veces críticos. De ahí la preocupación de que Sánchez se adelante y, nada más aprobarse los Presupuestos, traicione a su socio acordando con el PP un nuevo CGPJ sin vocales afines a Unidas Podemos.
Hace un mes, Iglesias aconsejó a Sánchez no retirar la propuesta de votar una mayoría rebajada para elegir al CGPJ. Le convenció de que era mejor dejarla en el cajón, en lugar de tirarla a la basura tras recibir duras críticas del PP y de la UE. Ahora, sin embargo, el vicepresidente cree que ha llegado el momento de desempolvarla, con o sin el apoyo de la Moncloa.
Al menos dos vocales afines
El objetivo estratégico de Iglesias consiste en tener al menos dos vocales afines en el nuevo CGPJ. El objetivo táctico se concentra, en cambio, en lanzar rápidamente su ofensiva. Más aún en el actual contexto judicial, con dos investigaciones pendientes sobre el caso Dina y el caso Neurona, que el propio ministro de Justicia Campo está dejando avanzar.
Antes del verano, el ministro Campo se mostró tibio sobre esas investigaciones. Reprochó a Iglesias sus críticas a los jueces (los morados apuntaban a un golpe judicial contra la coalición); pidió dejar trabajar a los magistrados y calificó de “preocupante” para el Ejecutivo los casos judiciales de Podemos.
Aquello rompió las relaciones con algunos miembros relevantes de la cúpula morada, que saben que Campo es buen amigo del dirigente del PP, Enrique López, encargado de negociar con él el pacto para renovar el CGPJ. Aunque oficialmente Pablo Casado sostiene que no existen márgenes para sellar un acuerdo en los próximos meses, en Podemos no creen ni al PSOE ni al PP.
La trampa de Moncloa
Algunos miembros de Podemos sostienen que Sánchez puede acelerar los trámites para llegar a un acuerdo que sorprenda a todos durante las vacaciones navideñas o a principios de enero. En los círculos morados sobrevuela la sospecha de que la Moncloa quiere una presidenta mujer para ganar el relato y obligar a Podemos a dar su visto bueno. De momento circulan dos nombres: Pilar Teso y Encarnación Roca.
En esas circunstancias, Podemos pone en su diana al ministro. Asens tildó el martes a Campo de incapaz para llevar a cabo la reforma del CGPJ. “Nos preocupa que ayer usted mencionara un supuesto pacto inminente con el PP, que el propio partido luego negó”, afirmó el diputado, que culpó a Campo de torpeza por sus maniobras.
Este nuevo enfrentamiento puede generar otra brecha interna en el Gobierno, porque Podemos subirá la apuesta mezclando la renovación del CGPJ con el indulto o la reforma del Código Penal, que libere a los presos del procés antes de las elecciones catalanas. Un sector importante de ERC también lo desea (no todos). Y Podemos quiere aprovechar la situación para blindar la “alianza” con los republicanos y los abertzales.
Iglesias ha aprendido en este primer año de coalición que suele perder muchas batallas en el Consejo de Ministros, pero que las que eleva a debate público las suele ganar. Es por ello que considera necesario llevar al Congreso la cuestión cuanto antes, para movilizar a ERC y Bildu en su favor, y complicar el entendimiento del PP hacia Sánchez. Si es el PP el que rompe definitivamente con Sánchez, al presidente solo le quedará volver otra vez a los brazos de sus socios de investidura.