España

Sanidad ordenó el 23 de marzo convertir las residencias en hospitales y tratar allí a los ancianos

El día 23 de marzo se publicó en el Boletín Oficial del Estado la orden en la que se establecía que debía tratarse a los ancianos, principalmente, en las residencias para evitar el colapso de los hospitales

  • Sanidad ordenó el 23 de marzo convertir las residencias en hospitales y tratar allí a los ancianos

El Ministerio de Sanidad, dirigido por Salvador Illa, era el mando único sanitario cuando se decretó el estado de alarma en España el pasado 15 de marzo. El día 24 de ese mismo mes, Sanidad publicó una orden en la que exigía a las comunidades autónomas a convertir las residencias en hospitales para tratar allí a los ancianos.

La orden de la cartera de Illa instaba a los gobiernos regionales a que el cambio de esos centros residenciales de mayores y personas con discapacidad en espacios de uso sanitario se hiciese, especialmente, en los centros que contasen con algún caso confirmado de coronavirus.

En el texto, se señalaba la necesidad de distribuir en cuatro categorías a los ancianos de los centros: residentes sin síntomas y sin contacto con posibles casos; residentes sin síntomas que hubiesen tenido contacto; residentes con síntomas compatibles con el coronavirus; y casos confirmados de covid-19.

En el momento en el que se decretó el estado de alarma, ya se había planteado la posibilidad de la transformación de estos centros y, a su vez, se especificaba que todas las autoridades sanitarias de todo el territorio nacional estarían bajo las órdenes de Sanidad.

El Gobierno instó a las comunidades a que, en el caso de existir un anciano con síntomas, se priorizase su tratamiento en las propias residencias

El día 23 de marzo se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden concreta en la que se establecía que debía tratarse a los ancianos en las residencias para evitar el colapso de los hospitales.

Priorizar el tratamiento en las residencias

Además, en la orden, recogida por 'El Confidencial', se pedía a las regiones que interviniesen los centros que considerasen y que se informarse al Gobierno de los casos sospechosos registrados.

De este modo, el Gobierno instó a las comunidades a que, en el caso de existir un anciano con síntomas, se priorizase su tratamiento en las propias residencias, aislándole y contactando con el geriatra de enlace. Este, según las directrices, debía valorar el caso y el estado de las urgencias hospitalarias.

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