España

La crítica neoyorkina bosteza con Almodóvar


El cineasta español Pedro Almodóvar había conseguido, hasta ahora, dejar sin aliento al público norteamericano,que esta vez se permite un repiro, pero  para un bostezo. En el marco de la presentación,  de La piel que habito en la 49 edición del New York Film Festival,  los críticos de cine de las principales cabeceras de la ciudad han sentado posición. Y cabe destacar que no es del todo entusiasta.

El cineasta español Pedro Almodóvar había conseguido, hasta ahora, dejar sin aliento al público norteamericano,que esta vez se permite un repiro, pero  para un bostezo. En el marco de la presentación,  de La piel que habito en la 49 edición del New York Film Festival,  los críticos de cine de las principales cabeceras de la ciudad han sentado posición. Y cabe destacar que no es del todo entusiasta.

La piel que habito, una adaptación cinematográfica de la novela Tarántula (de Thierry Jonquet) publicada en 1995, narra la historia de  Robert Ledgard (Antonio Banderas), un prestigioso cirujano brasileño que ha logrado crear una piel artificial perfecta capaz de soportar todo tipo de agresión. El protagonista, al igual que el Doctor Frankenstein, juega al creador con una joven, interpretada por Elena Anaya,que hace las veces de cobaya.

Sobre el tono o el giro hacia el horror que adquiere Almodóvar en esta película, The New Yorker la encuentra excesivamente plana y seria, casi de serie B de los años 50. Apunta, también, que es un filme carente de la explosicón emocional y el humor característico de Almodóvar, algo que "lo diferencia del resto del cine europeo", como escribe David Dembyen su reseña sobre el filme.

En The Village Voice la apreciación llega incluso a pasar del aburrimiento a la acritud cuando se sugiere que Almodóvar se parodia a sí mismo en un momento de la película, tal y como escribe Karina Longworth: "Almodóvar comete el clásico error de hacer la versión postmoderna del científico loco".
 

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