Abertis ha nombrado a David Díaz nuevo director general de Autopistas América y a Jordi Graells director de Autopistas de USA. Graells ya está en Washington desde este mes coordinando "in situ" toda la operativa, ya que se ultiman privatizaciones de infraestructuras en ese país. El grupo está interesado en gestionar autopistas que ya están funcionando con peaje y que la administración decide dejar en manos privadas por tramos o enteras para mejorar la infraestructura y para afrontar la coyuntura económica por la que atraviesan los diversos estados.
Abertis podría hacer en Estados Unidos dos o tres operaciones similares a la de Puerto Rico, donde el consorcio de Abertis (45%) y Goldman Sachs (55%) se adjudicó las autopistas PR-22 y PR-5, por 1.136 millones de dólares (830 millones de euros), con compromisos de inversión de 55 millones de dólares en los tres primeros años y de otros 400 millones hasta el final de la concesión, dentro de 40 años. La operación de Puerto Rico es para la compañía un "referente" de los proyectos que quiere acometer en Estados Unidos junto a otros socios, aunque Abertis no considera indispensable ser el socio mayoritario, siempre y cuando la gestión de la infraestructura recaiga en el grupo, como es el caso de las autopistas de Puerto Rico.
Esta semana, el consejero delegado de Abertis se ha reunido con Ray LaHood, secretario de Transportes de Estados Unidos, y con John Mica, congresista y presidente del Transportation and Infrastructure Committee, dos personas claves en el futuro de los proyectos de colaboración público-privada en Estados Unidos. Abertis ya apostó por el mercado estadounidense de autopistas en el año 2008 a través de la concesión de la autopista Pennsylvania Pumpike, pero el acuerdo se anuló finalmente por motivos políticos internos.
Estados Unidos se ha convertido en la prioridad internacional del grupo, entre otras cosas porque se trata de un mercado estable y el tráfico por carretera es básicamente privado; además, las restricciones presupuestarias de las administraciones les llevan a considerar la posibilidad de conseguir ingresos a través de mecanismos de concesión de sus activos. Los estados donde Abertis estudia operaciones de manera prioritaria son Virginia, Ohio, Carolina del Norte, Florida, Connecticut y Rhode Island, que es donde se están plantando proyectos de colaboración pública privada en el ámbito de las infraestructuras.
La apuesta de crecer en Estados Unidos no variará si Abertis se hace con la gestión del Aeropuerto de Barcelona, cuando finalmente se adjudique la infraestructura. Pese a tener a Estados Unidos como prioridad, Abertis no descarta invertir en otras zonas y está atenta a las oportunidades que se puedan presentar, especialmente en Brasil y Turquía.
También en Puerto Rico, donde además gestiona desde hace casi 20 años el puente de peaje Teodoro Moscoso en San Juan y donde la Autoridad para Alianzas Público Privadas, encargada de desarrollar y licitar proyectos de alianzas público-privadas prepara la privatización de dos nuevas autopistas, la PR-52 y la extensión de la PR-22.
Además de Puerto Rico, Abertis está presente en Estados Unidos a través de TBI, filial aeroportuaria de la compañía, en la gestión de cinco aeropuertos: Hartsfield-Jackson Atlanta International, Bob Hope Airport, Middle Georgia Regional, Macon Downtown y Raleigh-Durham International.