España

La recapitalización de la Autoridad Bancaria costará a la banca un mínimo de 60.000 millones

 La autoridad bancaria europea (EBA, en inglés), dependiente del Banco Central Europeo (BCE), ha convulsionado recientemente a los mercados y entidades financieras de toda Europa, ante unos nuevos requisitos de capital que dará a conocer a lo largo de esta semana, así como la posibilidad de una quita a diferentes niveles en deuda periférica. En el caso español, sería del 20%, aunque nada de esto se ha concretado aún. Esto ha hecho explosionar una controversia monumental entre banqueros, que dicen sin rubor en España que puede quedarse el sistema entero fuera de la solvencia.

 La autoridad bancaria europea (EBA, en inglés), dependiente del Banco Central Europeo (BCE), ha convulsionado recientemente a los mercados y entidades financieras de toda Europa, ante unos nuevos requisitos de capital que dará a conocer a lo largo de esta semana, así como la posibilidad de una quita a diferentes niveles en deuda periférica. En el caso español, sería del 20%, aunque nada de esto se ha concretado aún. Esto ha hecho explosionar una controversia monumental entre banqueros, que dicen sin rubor en España que puede quedarse el sistema entero fuera de la solvencia. Los requerimientos de capital serían enormes en ese caso. La polémica está garantizada. La ministra Salgado intenta quitar hierro al asunto, mientras algunos potenciales ministrables piden otro tipo exigencias, relativas a la cartera inmobiliaria.

En los últimos stress test sobre el sector bancario europeo no se introdujeron quitas en las carteras de deuda pública aunque en el caso griego, por ejemplo, los precios de los bonos ya descontaban implícitamente una quita en 2014 del 50%, con una probabilidad del 100%. A partir de aquí, hubo los ya conocidos problemas en los bancos alemanes y franceses, que son los principales tenedores de deuda helena, por lo que el mercado les penalizó, a través de los célebres CDS (Collateral Debt Securities), cuyo riesgo medido en puntos básicos superó al de los españoles.

La EBA comenzó a barajar la posibilidad de introducir quitas a la deuda periférica (España, Italia, Portugal, Irlanda y Grecia) por una cuantía fija específica, al margen de la cotización del mercado. Así por ejemplo, para la deuda griega se baraja en los test de resistencia un recorte del 50% para los bonistas, para la portuguesa e irlandesa del 40% y, (y aquí es donde saltaron las alarmas) para la española e italiana del 20%.

Además, la autoridad plantea incrementar el capital básico para la banca a cotas del 7%-9%, según se adelanten o no los requisitos de Basilea III de capital exigido a las entidades. Otros apartados que tienen una gran repercusión en las firmas españolas son las antaño salvadoras provisiones genéricas, que dejarían de computar, y las obligaciones convertibles tampoco se considerarían parte del capital.

Bronca
Todo esto ha causado una enorme bronca política en España y también en Europa. Fuentes cercanas al PP calculan en más de 60.000 millones las necesidades de capital de nuestro sistema si se aplicaran estos nuevos criterios, que en el sector han calificado de leoninos o desproporcionados en el mejor de los casos.

La tormenta política es tal que la propia ministra de Economía, Elena Salgado, tranquilizaba ayer en privado a miembros de algunas de las principales firmas financieras españolas: “no se va a aplicar una quita del 20% a nuestra deuda”, aseguraba con firmeza. Hoy tiene una buena oportunidad de extender esta opinión, en la conferencia de banca del Santander que se celebra en la Ciudad Financiera, donde, además de Botín y Sáenz, estarán presentes banqueros, miembros de la autoridad bancaria y económica europea y mundial.

Un experto bancario que trabaja para una de nuestras principales firmas se muestra muy escéptico sobre este nuevo marco, ya que duda que se vaya implementar. La fuente comenta que las consecuencias serían dramáticas, “no sólo para la banca, sino para la economía”.
Para empezar, “si se asocia una quita del 20% a la deuda española sin que la descuente el mercado, ¿quién va a comprarla en el futuro? Habría un problema grave de financiación del Tesoro inmediato”.

El experto destaca que bancos como BBVA, por poner un ejemplo, sufrirían un recorte del core capital de entre 1 y 2 puntos, “y eso que la citada entidad es de las mejores capitalizadas; es de las buenas en España”. Si además se exige limpieza en los balances bancarios, la banca se verá obligada a realizar ampliaciones de capital, en un momento en el que no hay capital privado para ello.

La CAM y las demás
Estas nuevas exigencias repercutirán de forma sensible en el actual proceso de reordenación del sistema financiero. De hecho, entre las entidades ya descuentan que el proceso puede “quedar parado, en un primer momento, y sensiblemente alterado, a medio plazo”. En una semana, el precio de la CAM, de aplicarse la quita del 20%, se ha incrementado en 1.100 millones de euros.

“¿Quién va a querer ahora la CAM cuando las entidades están viendo cómo pueden salir parados de estas nuevas exigencias de la EBA?”, reconocen fuentes conocedoras del proceso de venta. Para el resto de cajas nacionalizadas, el ejercicio de estrés a la deuda soberana implica una necesidad de capital extra superior a los 2.000 millones de euros. Así, teniendo en cuenta una quita del 20% de la deuda española, CatalunyaCaixa necesitaría 568 millones extra de capital; Novacaixagalicia, 876; y Unnim, un total de 515 millones.

La dilución de las ampliaciones de capital forzaría a las entidades financieras a desapalancarse y reducir crédito para no consumir capital y apelar de nuevo al mercado. Por tanto, el crédito se estrangularía, con las evidentes consecuencias económicas y sociales.

La solución para este experto no es de capital, sino de funding, para lo cual es más importante que desde Europa se garantice la deuda soberana periférica.

Otros expertos como Luis de Guindos comentaban que era imprescindible una actualización de la cartera inmobiliaria en los balances de los bancos. Obviamente, ello añadiría aún más necesidad de capital a la banca española.

En este sentido, el problema de la economía española, es sin duda el volumen de deuda privada, especialmente la financiera. España tiene un peso significativamente bajo de deuda pública sobre PIB, pero el endeudamiento privado coloca la cifra total en el entorno del 400%. Este es el gran reto que afronta nuestra economía.

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