Durante su declaración ante el tribunal encargado de enjuiciar este caso, que se ha prolongado por espacio de cerca de dos horas, Samuel Benítez ha asegurado que todo lo dicho este martes por Miguel Carcaño en cuanto a su participación en la desaparición del cuerpo "es totalmente mentira".
Asimismo, ha aseverado que en su día dijo que arrojaron el cadáver al río Guadalquivir por las "coacciones" y "amenazas" de la Policía. "En el momento de mi detención me dijeron que o me inculpaba o irían a por mis padres o por la que era entonces mi novia", ha afirmado.
"Todos esos detalles --sobre el cuerpo-- son falsos", ha apuntado, para añadir que la Policía le indicó "paso por paso" lo que tenía que decir y que, incluso, recibió "agarrones del cuello y golpes en la cara y en el pecho" por parte de los agentes.
También ha indicado que antes de que se produjera la detención del asesino confeso, el Grupo de Menores (Grume) de la Policía le comentó que podía colaborar con ellos y sacarle información a Miguel Carcaño, por lo que le llamó y le mandó varios mensajes por el 'Tuenti', pero "todo ello fue infructuoso".
Tras esto, y estando ambos en dependencias policiales para declarar como testigos, Samuel ha asegurado que le pidió a Carcaño que le contara lo que sabía. "Él me dijo que no tenía nada que ver, y me miró como diciendo 'ahora tú te vas a enterar'", por lo que ha atribuido la declaración de Carcaño a una "represalia" por su colaboración con la Policía.
DE CUMPLEAÑOS EN MONTEQUINTO
Respecto a lo sucedido el día 24 de enero, Samuel Benítez ha relatado que estuvo hasta las 19.00 horas en un cumpleaños en Montequinto, la hora a la que se fue junto a su entonces pareja a un parque de la zona, donde estuvieron hasta las 21.30 horas.
"Después, me acompañó hasta una hamburguesería, donde había más amigos, y ella se fue a cambiarse a su casa", ha explicado, para añadir que en este local estuvieron hasta las 23.00 horas y ya en compañía de su entonces novia marcharon hacia un pub.
Asimismo, ha precisado que, mientras estaba en el parque, recibió una llamada del menor en la que decía que estaba de 'botellón' en las inmediaciones del Pabellón de San Pablo y que si iba a Sevilla y me iba a quedar a dormir con él, porque yo al día siguiente trabajaba. "La conversación la puse en manos libres, porque el 'Cuco' estaba ebrio y me hacía gracia", ha expresado.
Posteriormente, una vez en el pub, recibió una llamada de la mejor amiga de Marta que si sabía algo de Miguel o de Marta o si había hablado con ellos, a lo que respondió que no porque estaba en Montequinto.
"Como no tenía saldo en el móvil, le dije a la prima de mi novia que llamara a Miguel para que me llamara porque quería saber dónde estaban y si habían tenido un accidente", ha argumentado. Según Samuel, Miguel le contó que había dejado a Marta en su casa de la calle Argantonio en torno a las 21.30 horas, y que en ese momento ya estaba en la casa de Camas donde convivía con su novia menor de edad y la familia de ésta.
NIEGA QUE APAGARA SU MÓVIL EL DÍA DE LOS HECHOS
En el pub, según su relato, estuvieron hasta las 2.00 horas, cuando su entonces novia le acompañó hasta la parada de autobús para marcharse a Sevilla. Se montó en el autobús, se bajó en el Prado de San Sebastián y fue hacia su casa. "Me llama la mejor amiga de Marta, me dice que están en Triana y decido unirme a la búsqueda", ha indicado.
De este modo, no ha podido precisar si el hermano del asesino confeso permitió el acceso al domicilio. "No lo sé, porque no entré yo", ha dicho, al tiempo que ha afirmado que, en los días de búsqueda, le "extrañó" que Miguel no quisiera buscar a Marta.
Samuel, que ha subrayado que no tuvo apagado el móvil el día de los hechos --"siempre tengo el móvil encendido, nunca lo apago"--, ha negado además que nadie de su familia tiene un Opel Astra de color rojo granate, ya que, según Carcaño, Samuel y el 'Cuco' se deshicieron del cuerpo en un coche de estas características conducido por el primero de ellos. "No tenemos un Opel Astra, ni rojo ni blanco ni de ningún color", ha aseverado.
El acusado, que ha dicho recordar que en el piso de León XIII había una silla de ruedas, ha negado que en los días posteriores al crimen limpiara junto al 'Cuco' el coche del padre de éste. "No lo limpiamos, su padre nos dio tres euros para que lo aspiráramos por dentro, pero sólo las alfombrillas", ha concluido.