Mariano Rajoy, al que todas las quinielas dan como presidente dentro de un mes justo, habló tres cuartos de hora después que José Luis Rodríguez Zapatero. Sus palabras fueron templadas, contemporizadoras, si bien avisó que “la tranquilidad solo será completa cuando se produzca la disolución definitiva de la banda”.
Rajoy fue consciente de que el de esta noche puede ser un comunicado con ribetes históricos. Y de que, si ETA desaparece definitivamente, esto puede ocurrir con él como jefe de Gobierno. “Acogemos con satisfacción el comunicado. Que ETA haya renunciado a su proyecto político con miedo, exclusión y dolor es un paso importante”.
“Nuestro pensamiento va para aquellos cuyas vidas han quedado destruidas. Las víctimas del terrorismo siempre serán el referente moral de nuestra democracia”.
Eso sí, como Zapatero, dejó otra perla en el ambiente. “Hay que agradecer a los Gobiernos que han trabajado dentro de la ley”. Nadie le preguntó si se refería a los GAL.