La cumbre europea para recapitalizar la banca y cerrar el rescate de Grecia tiene ya mascota oficial: el oso de peluche de Sarkozy.
El Presidente francés se ha perdido el nacimiento de su primera hija y la canciller alemana le ha compensado con un regalo para la niña: un osito de peluche Steiff.
Sarkozy ha agradecido el gesto y ha convertido el peluche en un símbolo de la cumbre, porque lo ha llegado a sentar en una de sus sillas, según cuentan quienes han acudido a la negociación.
Entre las delegaciones, se afilan las críticas hasta el punto de que el oso ha salido ya herido: los críticos con la posición alemana subrayan que el oso –como es característica de su marca—tiene las manos y los pies cosidos, está inmóvil… igual que la política europea, malician algunos.