En este sentido, la agencia señala que la semana pasada el diferencial entre los bonos franceses y alemanes superó los 200 puntos básicos, un récord desde la introducción del euro que supone a Francia un coste de financiación de aproximadamente el doble que a Alemania.
"Unos persistentemente elevados costes de financiación durante un periodo prolongado amplificaría los desafíos fiscales a los que se nfrenta el Gobierno francés en medio del deterioro de las perspectivas de crecimiento, lo que tendría implicaciones negativas para el crédito", apunta Moody's.
Así, la agencia calcula que un aumento de 100 puntos básicos del rendimiento ofrecido por la deuda equivale prácticamente a un coste de financiación adicional de 3.000 millones anuales, lo que, ante la previsión de crecimiento del 1% del PIB galo en 2012, dificultará aún más cumplir los objetivos fiscales.
A este respecto, Moody's señala que el reciente anuncio de un segundo plan de ajuste por parte del Gobierno francés subraya el compromiso del Ejecutivo con la consolidación sin dañar el crecimiento económico, que, sin embargo, puede verse lastrado por la crisis de deuda y de las previsiones de crecimiento en Europa, factores que escapan al control del Gobierno francés.
"El modelo social francés no puede financiarse si no se conserva el potencial de crecimiento de la economía. Con un debilitamiento adicional del PIB, el margen político para el Ejecutivo de cara a generar más ahorros se vería examinado", apunta Moody's, que cita la presión añadida por parte de los procesos simultaneos de consolidación fiscal entre sus socios europeos.
"Como hemos destacado anteriormente, el deterioro en los parámetros de deuda y el potencial para que surjan nuevas obligaciones están ejerciendo presión sobre la solvencia de Francia y la perspectiva estable de la calificación 'AAA' de la deuda del Gobierno", apunta la agencia.