La cúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo vendió sus cuotas participativas mientras la entidad recomendaba a sus clientes comprar esos mismos instrumentos de inversión. Según la documentación registrada ante la CNMV, miembros del consejo de administración de la CAM dieron órdenes de venta de prácticamente todas sus cuotas participativas después de haber captado 292 millones de euros y en las mismas fechas en que la caja recomendaba a sus clientes comprar un producto similar a las acciones pero sin derechos de voto que publicitaba como “sometido a estrictos controles del Banco de España y la CNMV”. A día de hoy, esas cuotas no tienen ningún valor.
Los directivos de la CAM registraron ante el regulador del mercado órdenes de venta hasta reducir su exposición a las cuotas participativas a un 0,0%, tal y como consta a día de hoy. Las órdenes de venta siguieron dos modelos. El primero, el que marcó el consejero delegado, Pere Joan Devesa, quien vendió en una sola operación sus 6.176 títulos e ingresó casi 39.000 euros días antes de que fracasara el primer intento de fusión de la CAM en marzo de este año. La segunda fórmula fue la del goteo de órdenes de venta tal como hizo Francisco José Martínez García, procedente del departamento de Gestión Financiera y Participaciones de CAM, quien ingresó casi 104.000 euros vendiendo en ocho operaciones distintas esos títulos que la CAM seguía recomendando a sus clientes.
Frente al 0,0% que oficialmente posee la cúpula de la CAM, 32 millones de cuotas participativas fueron vendidas a pequeños ahorradores y clientes minoristas. Los empleados en sucursales llegaron a invertir sus nóminas en comprar títulos de la entidad hasta alcanzar un 3,5% de las emisiones. 50.000 inversores llegaron a pagar 292 millones de euros a la CAM por un producto que –cuando fue suspendido de cotización—valía 67 millones y que quedará reducido a cero cuando vuelva a cotizar.
Cotización bajo sospecha
La cotización de las cuotas participativas se sostuvo hasta que toda la dirección vendió sus títulos, tal como consta en las fechas de los registros de la CNMV.
A partir del 23 de agosto, esos instrumentos financieros dejaron de cotizar por encima de los 4 euros y pasaron a valer 1,64. Ante el escándalo que podía suponer dejar a 50.000 ahorradores atrapados, la CAM aprobó el pasado 21 de julio recomprar esos títulos a 4,77 euros por cuota. Sin embargo, la compra del Banco Sabadell anuló esa promesa y dejó en el limbo una inversión que –a día de hoy—carece de valor.
Los pequeños clientes preparan una denuncia por “comercialización irregular”
La CAM fue la única caja de ahorros que comercializó las cuotas participativas en su día y lo hizo anunciándolas como “productos seguros”. Según la publicidad de la operación en 2008, esos títulos quedaban bajo “estrictos controles y supervisados por el Banco de España (…) y por la CNMV, al igual que las sociedades que cotizan en bolsa”. CAM mantuvo hasta 2011 los términos de publicidad de esos instrumentos.
Sin embargo, los pequeños ahorradores agrupados en la Asociación de Impositores Valencianos de la CAM (AIVCAM) denuncian que muchas de esas ventas se realizaron sin explicar a los clientes los riesgos en que incurrían. “En muchos casos se firmaban contratos sin saber qué se firmaba o incluso se contrataban cuotas participativas por teléfono sin llegar a firmar”, asegura el Presidente de AIVCAM, Víctor Baeta, que denuncia un “abuso de la confianza de los mejores clientes de toda la vida de la CAM que ahora podrían retirar masivamente sus ahorros de la entidad” absorbida por el Banco Sabadell.