"Comprendo que los moribundos atraigamos a los premios, qué le vamos a hacer", ha declarado el escritor Antonio Gala, quien ha recibido este miércoles el Premio Quijote de Honor 2011, a toda una vida de manos de sus compañeros, la Asociación Colegial de Escritores (ACE). "Quizá este premio sea una invitación a decir adiós", ha dicho el autor.
En tono pausado, pero sin olvidar la ironía en alguna de sus afirmaciones, el autor de El manuscrito carmesí ha asegurado que este galardón es como el "Nobel español" y ha recordado que en muchas ocasiones el galardón ha sido póstumo. "A mí me lo han dado todavía por un soplo de vida y lo agradezco con todo mi corazón".
En este sentido ha destacado el galardón que le entregan sus compañeros quienes valoran la compañía de la literatura, "que es una compañía pura". "Hay que hacer reír, y saber reírse, y llorar y saber decir adiós", ha confesado el escritor.
Gala, quien lucha contra un cáncer desde hace meses, ha reconocido que se encuentra en "libertad vigilada" y que permanece "hospitalizado" en su finca La Baltasara (Málaga), donde no puede hacer otra cosa que pasear y ver el mar.
"No me encuentro, estoy intentando olvidar la crueldad de los procedimientos para curarme y estoy deseando que no tengan que volver a intervenirme, no ya con quimioterapia o radioterapia, sino quirúrgicamente, que quizá tengan que volver a hacerlo en enero", ha reconocido el escritor.
En su discurso al recibir el galardón, también ha recordado que ha sido premiado por la Asociación de Escritores Andaluces y por la Asociación Pro derechos humanos, que le ha concedido el premio de periodismo. "Nunca pensé que iban a dármelo, porque nunca he vendido periódicos", ha reconocido este autor, quien continua colaborando con El Mundo a través de la columna La tronera.
"Estoy hablando un poco bajo y es que he estado malito, pero estoy muy orgulloso de tener el Quijote de Honor, y les agradezco que hayan venido a verme recibir este premio", ha reconocido Antonio Gala, antes del aplauso de todos los asistentes.
Preguntado por las cosas que más le animan en estos duros momentos, el escritor ha citado a sus "perrillos", pero presiente que el final está cerca. "Presiento lo que va a venir y no me parece mal". "Qué si tengo miedo?. Nunca he tenido miedo, y a eso menos, porque es un acabamiento y todo lo que empieza debe terminar".
Respecto a su voluntad de seguir creando textos, el autor ha asegurado que tiene ganas de escribir una obra de teatro y "no una autobiografía como desean los editores, se pirran por ella. Pero me gustaría cerrar el broche con una obra de teatro", ha reconocido el autor.
Esta comedia que espera escribir sería para una actriz, que está "triunfando en estos momentos" y su nombre es Amparo Baró. Ella estrenó su obra, Buenos días perdidos en 1973.
En este sentido, Antonio Gala ha recordado que sus primeros pasos fueron en el mundo del teatro y ha denuncido la mala situación del género en España. "Me gustaría pegarle una patada al teatro para que se despertara", ha dicho.
Antes de la entrega del galardón, su amigo y compañero, el poeta Félix Grande ha recordado el fervor y "entusiasmo" de Antonio Gala desde su primera juventud y desde que llegó a Madrid en 1960 con su primer libro de poemas de amor, bajo el brazo. Grande le ha descrito como un "excelente poeta, narrador, gran autor de teatro, y un autor de cuentos memorables".
El Premio que le entrega la Asociación Colegial de Escritores de España ha sido por su "contribución a la literatura española, tanto en el ámbito teatral como en los de la poesía, la narrativa y el género periodístico, así como por su apoyo decidido a los jóvenes creadores a través de la Fundación Antonio Gala con sede en Córdoba y, próximamente en Portugal.
Con este galardón institucional honorífico, los compañeros autores de Antonio Gala se suman al reconocimiento a toda su trayectoria profesional y a una vida dedicada al mundo de las Letras en sus más diversas modalidades. Una labor recompensada ya con medio centenar de premios.