Como buen gallego, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, sabe que, aunque su colisión con los planteamientos de Rajoy parece inevitable, todo Gobierno entrante necesita tiempo y gestos amigables. Por eso, y a diferencia de Cándido Méndez (UGT), Toxo elude estos días cualquier desaire al PP. Pero simultáneamente, el sindicalista acudió los pasados 7 y 8 de diciembre a Bruselas –víspera del Consejo Europeo- en calidad de presidente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y allí expresó una idea bien diferente: una “gran movilización europea” durante nada menos que dos años (2012-2014) para combatir el futuro Tratado a 26 y la austeridad embebida en éste.
El movimiento de Toxo responde a que, en palabras de un dirigente, “se da por hecho que la batalla será larga”. Todo esto se planteará en enero al CES, un organismo que representa a más de 60 millones de afiliados. CCOO no quiere que el asunto se limite a cuatro “euromanifestaciones” por año, sino a una acción a caballo entre la imposible huelga general y movilizaciones concretas en cada país.
De hecho, en este sindicato hay quien ve con buenos ojos el paro general de tres horas en Italia del pasado lunes, primer gran acto sindical contra el gabinete de Mario Monti.
Cauteloso en España, no en Bruselas
Si la tesis de Toxo convence a sus colegas europeos, la primera protesta, apuntan varias fuentes, puede producirse en marzo, cuando probablemente se apruebe el tratado promovido por Merkel y Sarkozy. A ambos y al resto de jefes de Estado y de Gobierno, la CES envió una carta durante la cumbre para, entre otras cosas, “promover con urgencia un plan europeo de inversiones para un crecimiento sostenible” o para “establecer un impuesto a las transacciones financieras”. Es evidente que ni estos ni los otros puntos fueron adoptados en la resolución final, sino más bien los opuestos.
Está por ver si los sindicatos finalmente actúan eficazmente al alimón o, como hasta ahora, lo hace cada uno por su cuenta. “Hay sindicatos de países del Norte que incluso están a favor de la disciplina fiscal para el Sur, por lo que hay que actuar con sigilo”, reconoce un dirigente. Los éxitos de las últimas convocatorias en los periféricos Italia y Portugal pueden haber animado a Toxo, un gallego que en España de momento actúa con cautela pero no así fuera.