Enrique Bañuelos acaba de incorporar a la pata española de su holding Veremonte a un viejo conocido. Se trata de Yago Méndez, ex ejecutivo de Caixa Galicia (ahora Novagalicia) e hijo del que fuera histórico director general de la entidad, José Luis Méndez. Yago Méndez, por entonces responsable de la división de banca para empresas de Caixa Galicia fue uno de los que más insistió en la conveniencia de que la entidad acudiera a la OPV de la antigua Astroc. La operación ha supuesto para la caja gallega un agujero de unos 50 millones de euros.
De hecho, Bañuelos profundizó en su relación con Yago Méndez cuando éste fue nombrado consejero de Astroc, en representación de Caixa Galicia. Méndez compartió con el empresario valenciano la mesa del consejo y fue testigo de excepción del meteórico ascenso bursátil de la inmobiliaria levantina, que llegó a revalorizarse más de un 1.000% en apenas nueve meses, desde su salida a bolsa en la primavera de 2006.
Caixa Galicia tomó un 5% de Astroc en la OPV y posteriormente colocó en el mercado un 1%, lo que hizo que la entidad gallega recuperara casi toda la inversión. Sin embargo, como los títulos de la inmobiliaria no paraban de subir, Caixa Galicia recompró posteriormente en el mercado ese porcentaje, aunque a un precio muy superior. El resultante de todas estas maniobras arrojó un gasto de 54,4 millones de euros por parte de la caja gallega. A precios de mercado, la participación actual de Novagalicia en Quabit (heredera de la antigua Astroc) está valorada en 4,6 millones de euros.
Yago Méndez, que mantiene en la actualidad un puesto en el consejo de administración de la cotizada Pescanova, salió de Novagalicia antes del pasado verano, precisamente cuando Bañuelos estaba en proceso de reforzar su holding Veremonte.
Negocios en España
El empresario valenciano comenzó por fichar a Xavier Adserà como consejero delegado. Adserà también guarda una estrecha relación con la salida a bolsa de Astroc, ya que era responsable de Riva y García, la entidad que actuó como coordinadora de la operación.
Ahora, Bañuelos ha decidido volver a rememorar viejos tiempos y dar asilo a Yago Méndez, asimismo estrechamente relacionado con la citada OPV y con la historia de la inmobiliaria, paradigma del espectacular estallido de la burbuja generada en España al calor del boom del sector en los últimos años.
Hace dos años, Bañuelos abrió en España una sucursal de Veremonte, que ya contaba entonces con sedes en Brasil y en Londres. El objetivo del empresario valenciano era realizar operaciones corporativas aprovechando las oportunidades que dejaba la crisis, aunque por el momento no ha encontrado ninguna que le haya satisfecho.
La pata española del holding cuenta con una oficina en el edificio de La Pirámide, en el madrileño Paseo de la Castellana, un emblemático inmueble que albergó y alberga aún a entidades de banca de inversión.
Al mismo tiempo, Bañuelos mantiene la instrumental a través de la que canalizó su inversión en la antigua Astroc (Kavaal Real Estate, anteriormente denominada CV Capital), con lo que ha acumulado unas pérdidas cercanas a los 300 millones de euros en los últimos dos años, principalmente debido al deterioro de su participación en la compañía que fundó y llevó a los altares del mercado antes de caer con el mayor de los estrépitos.