"El Gobierno sirio ha rechazado todas las propuestas para resolver el conflicto de forma pacífica, pero Bachar al Asad está pactando ahora una salida al régimen en la que están actuando dos países europeos", dijo el responsable de comunicación del CNS Ahmed Ramadán, que no quiso dar los nombres de dichos estados.
Ramadán, que acaba de participar en Túnez en una reunión del CNS que concluyó el lunes, insistió en que "Al Asad debe abandonar el poder y entregarlo a la oposición y al órgano que lo representa".
"Nosotros proponemos a Al Asad y a Siria un periodo transitorio con un gobierno pluralista en el que estarán representados, incluso, actuales responsables que no estén implicados en la represión", agregó.
Según cálculos de la ONU, más de 5.000 personas han muerto a manos de las fuerzas gubernamentales desde el comienzo de las protestas por un cambio de régimen, el pasado marzo.
Insistiendo en el espíritu conciliador de la oposición subrayó que "no habrá venganza" e indicó que se redactará una Ley de Amnistía y que se trabajará para la reconciliación nacional con el objetivo de "abrir la puerta a todos los que no tengan las manos ensangrentadas o estén implicados en corrupción".
"La nueva Siria que queremos construir será para todos los sirios, especialmente para las minorías étnicas, incluidos los alawíes", dijo el activista opositor en referencia al credo minoritario del presidente, que representa alrededor de un 20 por ciento de la población.
En Siria, donde el 60 por ciento de sus habitantes es árabe suní, hay también una importante minoría cristiana de un 10 por ciento de la población, y otra minoría kurda, que aun siendo musulmana suní, mantienen rasgos de identidad específicos, además de una pequeña población drusa.
Según Ramadán, en el Ejército, que ayer realizó maniobras con fuego real como forma de preparación frente a cualquier agresión, "hay muchos militares que aguardan el momento para actuar y moverse contra el régimen".
Sin embargo, agregó, el régimen "tiene a sus familias bajo un control férreo y hace chantaje".
Sobre las Fuerzas Armadas, explicó que la intención de la oposición es "cooperar con el Ejército para salvaguardar la seguridad de la nación" y "mantener las instituciones del Estado", para evitar que se repita la experiencia de Irak, donde las fuerzas de ocupación de EEUU desmontaron el Ejército tras la ocupación.
Por otra parte, explicó que el CNS ha pedido protección internacional en algunas zonas concretas para que la sociedad civil pueda seguir manifestándose.
Además, insistió en que tras la reciente reunión mantenida en Túnez el CNS solicitó la imposición de una zona de exclusión aérea. "Exigimos esto de la Liga Árabe en cooperación con el Consejo de Seguridad de la ONU", dijo.
Ahmed Ramadán también mostró su esperanza de que el nuevo gobierno español del Partido Popular "dé un paso importante y reconozca al CNS porque España es un país muy querido por los sirios y en Siria se respeta al pueblo español".
En este sentido, insistió en que el presidente tunecino, Moncef Marzuki, había asegurado que el CNS será reconocido como el único representante del pueblo sirio, una vez que se forme el nuevo gobierno en el país magrebí.
Además, comentó que en los otros dos países donde se impusieron sendas revueltas populares, Siria y Libia, también serán reconocidos.
Está previsto que mañana llegue a Damasco el primer grupo de observadores de la Liga Árabe, después de que el pasado lunes Siria firmara el protocolo que permite el trabajo de dicha misión.