El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) pasará a depender a partir de ahora del Ministerio de la Presidencia -cartera que ostenta la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría-, y dejará de estar adscrito al Ministerio de Defensa.
Así lo establece el real decreto que reestructura los departamentos ministeriales del Ejecutivo de Mariano Rajoy, en su disposición adicional segunda.
"El Centro Nacional de Inteligencia, de acuerdo con la disposición adicional tercera de la ley 11/2002 del 6 de mayo del CNI, queda adscrito al Ministerio de la Presidencia", reza el texto.
Los servicios de inteligencia españoles se desvinculan así del Ministerio de Defensa, de los que dependían orgánicamente.
El CNI es el organismo público responsable de facilitar al presidente del Gobierno y al Gobierno de España las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitan prevenir y evitar peligros, amenazas o agresiones contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado y sus instituciones.
El servicio de inteligencia español realiza actividades que en otros países están separadas en más organismos, circunstancia que impone una importante tarea de coordinación que, hasta ahora, ha desempeñado la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia.
En cuanto a su financiación, el CNI tiene asignadas unas partidas presupuestarias anuales reservadas. El control de estos fondos se hace a través de la Comisión parlamentaria que controla los créditos destinados a gastos reservados y los miembros de esta Comisión son también los que conocen de los secretos oficiales.