El ya presidente del Gobierno Mariano Rajoy desveló ayer el secreto mejor guardado: la composición de su gabinete ministerial, uno de los más reducidos de la Democracia, con el que afrontará una de las legislaturas más complicadas de nuestra reciente historia. Fuentes de Moncloa destacaban ayer el curriculum y peso específico de sus componentes, muchos de ellos, leales a Mariano Rajoy desde hace muchos, muchos años.
Sin duda, tras el equipo económico sustentado en Luis de Guindos, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez, la otra pata fundamental en que se apoyará este nuevo gabinete ministerial será en la vicepresidenta, ministra de la Presidencia y Portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría. Santamaría recibe de Rajoy el encargo de controlar, de coordinar un Gobierno que necesita estar engrasado más que nunca. Además, descansará sobre ella ser la voz de Moncloa, después de que el propio Rajoy señalara en la última reunión de la Junta directiva Nacional de su partido, el pasado día 12, que es imprescindible explicar muy bien las decisiones gubernamentales, algunas de ellas "difíciles y complicadas", como han admitido desde Génova.
De la importancia que adquiere ésta lo da un detalle nada desdeñable: ostenta la única vicepresidencia. El jefe del Ejecutivo, que mantiene a Jorge Moragas de director de Gabinete, no ha querido dar a De Guindos el mismo rango que a Santamaría ni situarle por encima de Montoro, por lo que el mensaje que traslada al conjunto de los ministros es claro. Lo previsible es que la vicepresidenta asuma también la responsabilidad de la Política Territorial, aunque el mapa de competencias no se concoerá hasta hoy. Lo que sí se sabe es que Rajoy se reserva la presidencia de la comisión delegada de Asuntos Económicos, hecho inédito hasta el momento, dada que esa función solía recaer en el titular de Economía. A partir de ahora, el presidente del Gobierno será también vicepresidente económico.
Tercera pata del "núcleo duro"
La tercera pata del "núcleo duro" del Gobierno recae en José Manuel García Margallo. El jefe del Ejecutivo quiere a todos los suyos volcados hacia el exterior, fundamentalmente hacia Europa y aprovecha de Margallo su experiencia como eurodiputado y su conocimiento de los resortes de poder comunitarios. Margallo, íntimo de Rajoy --al que echó una mano con su reciente autobiografía-- no ha dejado a lo largo de estos años de pasarle papeles sobre Economía y Asuntos Exteriores. De hecho, las quinielas llegaron a colocarle en la primera cartera, no así en la segunda, que parecía destinada a Miguel Arias Cañete. Pero Rajoy no ha encontrado a nadie que se conozca más el sector de la Agricultura y Cañete vuelve, pues, a un Ministerio que ya ocupó, no el que más le apetecía, y al que se le añade Medio Ambiente y Alimentación.
Muchas especulaciones hubo en torno al Ministerio que ocuparía el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Finalmente será titular de Justicia, por lo que la informadora de Alfredo Pérez Rubalcaba no ha estado muy acertada. Defensa recae en un independiente, Pedro Morenés, pero que ya fue secretario de Estado de Defensa en el primer Gobierno de José María Aznar y de Interior con el propio Rajoy. Frente a los golpes de efecto que Zapatero se reservaba para esta cartera (José Bono y Carme Chacon) Rajoy ha optado por un perfil técnico, un desconocido para el conjunto de los ciudadanos al frente de una responsabilidad por la que comenzará a tener una gran proyección pública y que le desgastará poco.
Sustitución hoy en el ayuntamiento
Gallardón tendrá que abordar mañana su proceso de sustitución en el ayuntamiento de Madrid, donde se da por segura la elección de Ana Botella para ponerse al frente del consistorio. El ya casi ex alcalde da el salto así a la política nacional, después de una amplísima experiencia política pero que ha desarrolaldo siempre --salvo el intervalo en que fue secretario general de AP con Manuel Fraga-- en el ámbito autonómico y local.
Mucho tendrá que trabajar Gallardón mano a mano con el nuevo ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al objeto de administrar, llegado el caso, el fin de ETA. Fernández Díaz entró en la quiniela de "ministrables" en cuanto quedó fuera de la presidencia del Congreso de los Diputados. Durante mucho tiempo se barajó para Interior a Ignacio Astarloa. Era necesario un perfil que no levantara suspicacias entre un sector del partido que desconfía profundamente del último comunicado de ETA, sector encabezado por Esperanza Aguirre y Jaime Mayor Oreja. También deberá estar próximo a las víctimas del terrorismo, muy excépticas sobre las intenciones reales de la banda terrorista.
El catalán ha sido siempre del reducido equipo de Rajoy, un grupo de leales entre los que destaca también Ana Pastor. En su caso, cambia el Ministerio de Sanidad que ocupó en la recta final del último Gobierno de Aznar por uno de los ministerios más inversores, el de Fomento, aunque la crisis también le ha recortado mucho el presupuesto. Una gallega sustituye en el puesto a otro gallego, José Blanco.
Premio a Mato e incógnitas en el partido
Por otro lado, Rajoy ha querido premiar a la coordinadora de la campaña electoral del 22-M y del 20-N, Ana Mato, con la cartera de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. La eterna ministrable, la persona que apareció en todas las quinielas de los gobiernos de Aznar, salta por fin al Consejo de Ministros. La actual vicesecretaria de Organización y Electoral del PP abre una incógnita con respecto al futuro organigrama del partido, también sobre si ella se ocupará de organizar ese cónclave así como de la colaboración con el PP andaluz para las autonómicas de primavera.
Mato es pues, nueva en el Ejecutivo, como nuevo es José Manuel Soria, ministro de Industria, Turismo y Energía. El canario era una apuesta fija de las quinielas, quizá de los más constantes junto con Sáenz de Santamaría y Miguel Arias Cañete. Es el sociólogo José Ignacio Wert y conocido tertuliano la principal novedad del Gobierno de Rajoy. Llevará el fusionado Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. Su nombre surgió en este mes de elucubraciones pero para la presidencia del Ente Radiotelevisión Española.
Rajoy, que incluso se esperó a la mañana de ayer para comunicarse con los elegidos, ha mezclado veteranía con renovación, pero sobre todo ha pretendido un Gobierno con perfil propio. Sólo tres fueron ministros con Aznar: Ana Pastor, Cristóbal Montoro y Miguel Arias Cañete. Los demás entran por vez primera al Ejecutivo. Y ahora los que no están. Queda por despejarse la incógnita sobre qué decidirá el presidente del gobierno respecto al vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, que parece encaminado a quedarse en el partido. Federico Trillo es otro de los daminificados por una quiniela que no le ha sido favorable a pesar de su convencimiento de que sería ministro de Justicia. Álvaro Nadal, del equipo económico de Montoro será con toda probabilidad secretario de Estado.