El presidente de la República francesa tiene una doble cita en Madrid el próximo 16 de enero, primero con Su Majestad el Rey, del que recibirá el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro y, aprovechando su presencia en España, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Será así el primer encuentro que Rajoy mantenga con un mandatario extranjero en calidad de jefe del Ejecutivo, coincidiendo con un diseño de política exterior centrado en Europa y, muy especialmente, en Francia, a quien se quiere convertir en aliada preferente. De hecho, en el entorno de Rajoy se venía trabajando con la hipótesis de que el primer viaje de Rajoy al extranjero no pasara por Rabat sino por París.
Quizá el encuentro del día 16 modifique la agenda inicial del nuevo inquilino de la Moncloa --a falta, todavía de trasaladarse allí a vivir-- y se incline por no romper con la tradición no escrita de convertir Marruecos en el primer destino internacional. Los problemas surgidos en torno al acuerdo pesquero entre la Unión y el vecino del Sur pueden ser el argumento perfecto que justifique el cambio de planes una vez conseguida la foto con Sarkozy ya investido Rajoy presidente.
Es cierto que ambos ya tuvieron ocasión de charlar el pasado día 8 en Marsella, con motivo de un congreso del Partido Popular Europeo, pero aunque Rajoy ya había ganado las elecciones no acudió allí en calidad de presidente del Gobierno español. De hecho, un día después de su entrevista con Sarkozy se celebró una cumbre crucial de jefes de Estado y de Gobierno de la UE a la que todavía acudió José Luis Rodríguez Zapatero.
El presidente de la República francesa recibirá la distinción de manos del Rey en el Palacio Real, donde posteriormente se le ofrecerá un almuerzo. Lo previsto es que por la tarde se acerque a Moncloa para reunirse con Mariano Rajoy.
Dedicado a la memoria de las víctimas
Sarkozy recibe esta distinción "como muestra de la tradicional amistad entre Francia y España", según reza el Real Decreto de concesión firmado el pasado 25 de noviembre por Don Juan Carlos. Pero tras este enunciado tan genérico lo que se esconde es el reconocimiento a su plena implicación en la lucha contra ETA desde que era ministro del Interior, que hizo posible que Francia dejara definitivamente de ser un santuario etarra.
Por su parte, Sarkozy dedicó la distinción "a la memoria de los cientos de víctimas del terrorismo de ETA" así como "al conjunto de los actores franceses que han colaborado estrechamente con las autoridades españolas para poner fin a la violencia ciega perpetrada por ETA desde hace década", según manifestó desde París tras conocer que iba a convertirse en Caballero de la Orden del Toisón de Oro, para algunos expertos del ramo la Orden más prestigosa del mundo.
Creada en 1429, sólo han sido distinguidos con ella 1.200 personas, no más de cincuenta al mismo tiempo y, al fallecimiento del condecorado, el gran collar de oro, del que cuelga un vellocino, debe ser devuelto.