El artista Miguel Barceló recibió ayer el Premio Penagos de Dibujo, otorgado por la Fundación Mapfre. El juradp estuvo presidido por Alberto Manzano, presidente de la fundación, y estuvo formado también por Pablo Jiménez Burillo, director general del Instituto de Cultura; Francisco Calvo Serraller, Eugenio Carmona, Juan Fernández-Layos, Julián Grau, Leandro Navarro, Estrella de Diego y María Dolores Jiménez Blanco
El Premio Penagos de Dibujo se creó en 1982 en memoria del famoso dibujante Rafael de Penagos (Madrid, 1889-1954), considerado como el más importante representante del movimiento de renovación que se produce en el campo de la ilustración gráfica española durante los años veinte y treinta.
Nacido en Felanitx, Mallorca, en 1957, Barceló inició su formación plástica de manera autodidacta y, aunque pasó por escuelas de Bellas Artes de Palma de Mallorca y Barcelona, abandonó estos estudios para centrarse en su carrera a principios de los años ochenta.
Su participación en 1981 en la Bienal de Sao Paulo marcó el inicio de su reconocimiento internacional como artista, que se consolidó con su intervención posterior en la Documenta de Kassel y en varias ediciones de la Bienal de Venecia.
Según afirma la Fundación Mapfre en su nota, la producción de Barceló se caracteriza por "un constante diálogo con lo orgánico, lo material y lo animal, que interaccionan con la obra, para modificarla y convertirla en algo vivo, cambiante".
"Su ingente labor en el dibujo, instrumento fundamental de trabajo y testigo de su exploración plástica, recoge su inspiración en los paisajes y las gentes que conoce en su Mallorca natal, en sus prolongadas estancias en África y en sus numerosos viajes", añade la comunicación oficial de la Fundación.
Dentro de la amplia faceta de cartelista e ilustrador de Barceló, destacan sus trabajos sobre la "Divina Comedia" de Dante, así como sus numerosos Cuadernos, que recogen sus dibujos de África o del Himalaya.
Además de su pintura y su obra gráfica, Barceló ha trabajado la escultura, las artes decorativas y las artes escénicas.
Entre sus obras más recientes destacan la decoración de la cúpula de la Sala XX del Palacio de Naciones Unidas en Ginebra, la capilla del Santísimo de la catedral de Palma de Mallorca y la performance Paso Doble.
Barceló ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Artes Plásticas (1986), el Príncipe de Asturias de las Artes (2003) y el premio Sorolla de la Hispanic Society of America de Nueva York (2007), y ha sido nombrado Doctor Honoris Causa por la Universitat de les Illes Balears (2001).