El nuevo presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, arrancará su plan de mejorar la calidad de atención al cliente con el negocio de la telefonía fija, uno de los más castigados en el último año debido a la fuerte presión de la competencia en la crisis económica.

Así, el número 1004, el servicio que da soporte global de telefonía fija (líneas fijas, ADSL y televisión de pago Imagenio), se centralizará en España, según explican a Vozpópuli fuente cercanas a la operadora. Una buena parte del 1004 se gestiona desde España, pero también desde Latinoamérica. Esta medida se enmarca dentro de la estrategia de la compañía que preside César Alierta en que cada país tenga su propio call center.

Estas medidas ayudarán, junto a las recientes ofensivas y esfuerzos comerciales (recorte de tarifas), a frenar la fuga de clientes que sufre la compañía en este negocio. De hecho, Telefónica acaba de perder la cuota del 50% en banda ancha y es la primera vez desde la liberalización de las telecomunicaciones que la compañía deja de ser el operador mayoritario.

En cambio, el operador alternativo Jazztel se ha convertido en el principal enemigo de los grandes operadoras, porque ha equilibrado con éxito la difícil balanza entre el precio y la calidad. Las principales casas de análisis suelen destacar el call center de Jazztel como uno de sus principales activos.