España

Arrecia la presión de la vieja guardia sobre González para evitar un congreso que fracture al PSOE

Una lista única de integración no se presenta fácil a la vista de la distancia kilométrica que separa a ambos candidatos. Según la opinión más generalizada en Ferraz, es tanto como pensar que en el año 2000 hubiera sido posible un matrimonio de conveniencia entre Zapatero y Bono, un escenario que el primero descartó de forma radical desde que entró en escena llevándose, al final, el gato al agua en el 35º congreso.

Una lista única de integración no se presenta fácil a la vista de la distancia kilométrica que separa a ambos candidatos. Según la opinión más generalizada en Ferraz, es tanto como pensar que en el año 2000 hubiera sido posible un matrimonio de conveniencia entre Zapatero y Bono, un escenario que el primero descartó de forma radical desde que entró en escena llevándose, al final, el gato al agua en el 35º congreso.

El comité federal celebrado este domingo solo ha servido para oficializar la carrera hacia el cónclave que se celebrará en Sevilla la primera semana de febrero y también para retratar las serias contradicciones que afligen al Partido Socialista. La ponencia marco que servirá de sustrato ideológico para el debate, un conjunto de tópicos que invitan a la melancolía, ha sido redactada por los mismos que elaboraron el programa que el pasado 20-N condujo a los socialistas al pozo electoral más profundo conocido desde el inicio de la transición. Se ha visto a Zapatero dando consejos para celebrar un congreso “ejemplar” cuando ya está desprovisto de toda autoridad en su organización, sentado al lado de su ‘número dos’, José Blanco, un muerto viviente a la espera de la citación del Supremo.

En cuanto a los candidatos, Carme Chacón ha decidido encarar el poderío de la maquinaria de Ferraz tomando el teléfono y llamando uno a uno a los 969 delegados que dentro de un mes viajarán a Sevilla. Ha empezado por los alcaldes. En sus comunicaciones telefónicas, promete un proyecto joven e ilusionante que haga tabla rasa con el pasado, pero sin discriminaciones. Y ha elegido Andalucía, la localidad almeriense de Olula del Río, para proclamar su candidatura a cielo abierto y desquitarse el sello catalanista con la defensa de un proyecto que no entiende de orígenes. La ex titular de Defensa y la mercadotecnia que la acompaña se esfuerzan en identificar a Rubalcaba con el pasado y con el inmovilismo.

El ex vicepresidente utilizó la sede madrileña de UGT para lanzarse al estrellato, a sabiendas de que el sindicato no va a mover un solo dedo a su favor, y viajó recientemente a Andalucía para reunirse a solas con José Antonio Griñán, de quien no pudo obtener garantía alguna de que su federación votará unida en contra de Chacón. Rubalcaba y su equipo usan como mensaje fuerza que están en mejores condiciones que su oponente para reducir la gloria de Mariano Rajoy a una sola legislatura y, por tanto, para frenarle los pies en el Parlamento desde el primer minuto. Y acusan a Chacón de ser una profesional del humo aun cuando sus amigos, como visitadores de La Moncloa, obtuvieron grandes beneficios en la etapa de Zapatero.

La liturgia que profesan los dos candidatos es difícilmente reconciliable y anticipa una ceremonia congresual que, a juicio de veteranos dirigentes socialistas, puede acabar como el rosario de la aurora, con el revelado de un partido fracturado en dos mitades. Por eso, las presiones sobre Felipe González para que ejerza una labor mediadora han arreciado en las últimas semanas ya que su relación con Rubalcaba y con Chacón es buena. Es la vieja guardia del Partido Socialista, desde Javier Solana a Manuel Chaves, pasando por José Luis Corcuera, la más interesada en esta tarea de arbitraje, aunque el logro de una lista de unidad se antoja improbable.

Queda un mes escaso para el 38º Congreso y nadie descarta sorpresas. El líder del PSM, Tomás Gómez, es uno de los que están alentando con mayor ahínco una tercera candidatura, con la idea de ganar peso en la próxima dirección federal. Pero puede haber otros, alineados con Rubalcaba, interesados en promover también un tercer o cuarto candidato con el fin de restar votos a Chacón y menguar sus posibilidades de controlar la organización. De momento, las federaciones que aportan mayor número de compromisarios juegan con una doble baraja y se mantienen a la expectativa. No es el caso de la vasca, que ya ha apostado sin ambages por Rubalcaba, ni de la castellano manchega, a partir un piñón con Chacón.

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