El banco italiano, nacido de una megafusión que le convertía en uno de los dos colosos bancarios de la Eurozona (el otro es Santander) ha pasado de convertirse en estrella del Eurostoxx 50 a tener un valor bursátil que en el Ibex le colocaría por debajo de Banco Popular e incluso de Red Eléctrica Española, al quedar en 4.500 millones de euros de valor bursátil. En el año, acumula una caída del 64%, después de la sufrida ayer, del 12%, que le convirtió, por supuesto, en el peor valor del selectivo índice selectivo europeo.
De paso, propinó un nuevo castigo a la deuda italiana, que repuntó 10 puntos básicos hasta el 7,26%, con una prima de riesgo estratosférica, de 542 puntos básicos. En Bolsa, la entidad financiera transalpina arrastró a la baja a la práctica totalidad de su competencia, lastrada por el anuncio de la mega ampliación de capital que precisa, que en la actualidad ya es superior a la de su valor completo en Bolsa, ya que el importe que desea levantar en mercado es de 7.500 millones de euros.
La semana pasada, Unicredit se desplomó un 37%, a la espera de que debutaran los derechos de ampliación, que lo hicieron asimismo ayer con un fuerte desplome que motivó la suspensión del valor y de los propios derechos.
Esta ampliación llegaba con un descuento a precios de mercado del 43%, precio que fue ajustado por el mercado de inmediato, hasta los 2,62 euros por acción en que cerró el valor la semana pasada. Sin embargo, el castigo continuó y ayer cerró a 2,28%, otro 12% añadido.
Así, contagió a entidades como Societé Generale, Intesa San Paolo, BBVA o Deutsche Bank, que sufrieron caídas comprendidas entre el 2% y el 3,6%. Se salvó de la quema Santander, que oportunamente anunció por la mañana que ya cumple con las exigencias de capital requeridas por la autoridad bancaria europea, EBA. La entidad que preside Emilio Botín prácticamente repitió precio.
En cualquier caso, esto no es algo que pille por sorpresa a nadie. Unicredit ya anunció pérdidas en el tercer trimestre del año por un importe de 10.641 millones de euros, lo que le llevó a anunciar la suspensión del dividendo, la supresión de unos 5.000 puestos de trabajo y la citada ampliación de capital, que con tan mal tono está discurriendo.
