El gobierno de Mariano Rajoy conseguía convalidar esta semana en el Congreso su primer paquete de medidas económicas, que incluye una controvertida subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Este aumento temporal del IRPF, no compartido por CiU pese a haber votado a favor, se ha recibido como un jarro de agua fría entre los autónomos y pequeños empresarios, que no han tardado en mostrar su rechazo a través de un comunicado de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA).
Durante el debate de convalidación del decreto Ley de Medidas Urgentes, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, se afanó en demostrar que dichas medidas estaban “ponderadas en términos económicos y sociales” y que el Ejecutivo “se negaba a pedir esfuerzos adicionales a los autónomos y pequeños empresarios”. Montoro incluso se jactó de estar estudiando fórmulas para mejorar la financiación de estos dos colectivos y así convertirlos en “motores de creación de empleo”.
Sin embargo, desde la UPTA no comparten esta opinión y le han recordado que más de un millón de trabajadores autónomos declaran sus rendimientos de actividades económicas a través del IRPF como personas físicas y que por tanto sí se ven perjudicados por la subida.
“El incremento del IRPF, de entre un 0,75% y un 7%, supondrá de media un aumento en la tributación por rendimientos de la actividad económica de los autónomos de entre un 3 y un 5%”, asegura César García, secretario de Política Sectorial de UPTA España. Esto, unido al anuncio de una reducción del orden del 5% en el Impuesto de Sociedades, “hará que la brecha entre autónomos y empresas societarias se amplíe en un 10%”, matiza.
Estas medidas aumentan la presión fiscal para los autónomos que tributan en estimación directa y el colectivo cree que podrían disuadir a los jóvenes y futuros emprendedores a optar por esta salida profesional. Además, se teme que la diferente fiscalidad de las comunidades autónomas pueda producir cambios en la domiciliación social de autónomos y empresas, que acabarían polarizándose. “Esperamos que la anunciada revisión en los módulos de cotización traiga noticias más esperanzadoras”, comenta García.
Subir el IVA sería más equitativo que subir el IRPF
Mientras Rajoy sigue oponiéndose con firmeza a una subida del IVA porque dice “afecta igual a todos los ciudadanos y supone un inmediato aumento de los precios”, ya hay quien opina que un eventual incremento del IVA en lugar del IRPF habría sido una medida más adecuada para aumentar la recaudación en la lucha por reducir el déficit del Estado.
Es el caso del profesor del departamento de Economía de Esade, Josep Comajuncosa, que asegura que aumentar el IRPF “supone cargar más el ajuste en las clases medias”. "Las personas con más recursos no pagan este impuesto por lo que no notarán el sacrificio”, alega.
“Son pocas las personas que declaran más de 300.000 euros al año en declaración del IRPF”, asegura Comajuncosa. Hay que recordar que según el decreto, la subida de las rentas del trabajo oscilará entre el 0,75% para el primer tramo y el 7% a partir de los 300.000 euros.
En su opinión, un aumento del IVA de unos dos puntos en la situación actual habría repartido mejor la carga del ajuste económico “sin llegar a afectar demasiado al consumo interno”.