La industria de Hollywood ha amenazado con retirar las donaciones a la campaña de reelección del presidente de EE.UU., Barak Obama, tras rechazar el proyecto de ley antipiratería del país, más conocida como Ley SOPA. Los magnates de Hollywood aseguran "sentirse muy decepcionados" con la decisión de la Casa Blanca.
Si los grandes de Internet llevaron a cabo este miércoles su particular bloqueo ante la Ley SOPA, la industria de Hollywood -firme defensora de la propuesta del legislador republicano Lamar Smith- tiene preparado su propio boicot.
En esta ocasión su objetivo es el presidente del país, Barak Obama, después de que el pasado sábado tres asesores de la Casa Blanca aseguraran que "no se va a apoyar una legislación que reduce la libertad de expresión, aumenta el riesgo de la seguridad cibernética o atente contra la Internet global, dinámica e innovadora".
Por ello, los magnates de Hollywood amenazan con retirar las donaciones para la campaña de reelección de Obama, según recoge el diario online Deadline.
"Nos sentimos muy decepcionados con la administración y con Obama por no apoyarnos", según explicó un jefe de uno de los estudios de Hollywood al diario. "Por lo menos podría haber optado por una postura neutral hasta que se pueda tener la legislación adecuada, pero Obama va en contra de ella".
Sin embargo, según Deadline, otros jefes de algunos estudios de Hollywood están manteniendo "conversaciones directas y personales" tanto con Obama como con su administración y el Partido Demócrata.
La industria del cine no ha sido la única que se posiciona a favor de la Ley SOPA. Las grandes discográficas también apoyan esta ley, argumentando que las leyes estadounidenses actuales dejan pocas opciones para los titulares de derechos de autor, cuyos productos terminan en sitios web extranjeros.
También, el magnate de los medios de comunicación, Rupert Murdoch, también dedicó unas palabras al presidente Obama en su cuenta de Twitter criticando su postura. Por su parte, Lamar Smith aseguró que iba a seguir adelante con su proyecto porque persigue a los ladrones de la tecnología y de los productos de EE.UU., que los distribuyen de manera ilegal.
