El gobierno vuelve a ganar tiempo en una de sus más importantes reformas pendientes: la reforma laboral. Mariano Rajoy personalmente ha transmitido a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos su intención de posponer la reforma laboral. Rajoy trasladó ayer a su equipo económico su voluntad de legislar sin alienar a los agentes sociales a pesar de que sindicatos y empresarios no se han puesto de acuerdo en los términos de esa reforma, según aseguran fuentes de Moncloa.
Sindicatos y empresarios aseguran que el gobierno no se ha puesto en contacto con ellos desde que expiró el ultimátum oficial el pasado día 15, pero confían en que no habrá “legislación por sorpresa”, aseguran.
Éxito de Tesorería
La reunión sirvió para analizar lo que se describe en el Ejecutivo como un "éxito de Tesorería". Las subastas de los dos últimos meses han ingresado en la caja del Tesoro casi 6.000 millones de euros más de lo previsto. Eso significa que el gobierno podría evitar alguna subasta si se dispara la prima de riesgo e incluso que puede abrir una barra de liquidez para facilitar que la banca española abra más el grifo del crédito a los clientes.
Además del contenido, la Comisión Delegada pretendía ser un símbolo en las formas: el del mando de Rajoy. El jefe del Ejecutivo presidió un encuentro al que acudieron los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, de Economía, Luis de Guindos; de Empleo, Fátima Báñez; de Industria, José Manuel Soria; de Fomento, Ana Pastor; el de Agricultura, Miguel Arias Cañete; y de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, así como el director de la Oficina Económica, Álvaro Nadal, y los secretarios de Estado de Hacienda, Miguel Ferré; Presupuestos, Marta Fernández Currás; y Economía, Fernando Jiménez Latorre.