Francisco Camps, miró al cielo, sonrió, guiñó un ojo y dijo "gracias, Dios mío". Así recibió el president de la Generalitat el veredicto de "no culpable" del jurado popular en el caso de los trajes. El jurado le exculpa por un margen de cinco votos frente a cuatro del delito de cohecho junto al exdiputado, Ricardo Costa, al considerar que la relación de ambos con la trama Gürtel era una "relación comercial". Quienes conocen a Camps aseguran que el expresident daba gracias a Dios después de haber rezado mucho en las últimas semanas y de haber remitido a sus amigos citas bíblicas en sus mensajes de móvil.
Su primera mirada fue al cielo pero la segunda fue a su mujer a la que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), Juan Climent, permitió seguir en la sala mientras el jurado leía el veredicto. Camps levantó un pulgar en señal de éxito mientras el magistrado ordenaba desalojar la sala. Los asistentes a la lectura del veredicto lo celebraron entre aplausos incluso antes de que el jurado alcanzara a leer el nombre de Costa.
El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps no declaró nada a la salida del tribunal, pero no tardó en romper su silencio en Intereconomía Televisión donde señaló que se siente "feliz como militante del PP" tras ser declarado no culpable en la causa de los trajes incluida en el caso Gürtel y ha subrayado que "ha valido la pena ponerse frente al sistema". A su juicio se ha "demostrado" que todo lo que se ha dicho de él "no era cierto".
En este sentido, ha subrayado que "ha valido la pena ponerse frente al sistema" porque, tras tres años de proceso judicial, finalmente ha podido demostrar "que la verdad, aunque cueste, vale la pena pelearla en el terreno".
Los cuatro argumentos del jurado
Ésas fueron las formas con las que se recogió ayer un veredico que, en el fondo, considera inocentes a Camps y Costa del delito de cohecho por el mínimo margen posible: cinco votos contra cuatro, tras cuarenta y cinco días y 26 sesiones de juicio. El fallo rechaza las pruebas en las que se había basado la acusación y soporta su declaración de inocencia en cuatro argumentos:
Primero considera que relación entre Correa y Camps fue una "relación comercial". El jurado ha considerado que ni Camps ni Costa "recibieron obsequios por su cargo" sino que actuaron en calildad de responsables del PP valenciano cuando decidieron contratar los servicios de Orange Market.
Segundo, asegura que "los supuestos regalos no han quedado probados". El jurado estima que la falta de facturas no sirve para deducir que los trajes, zapatos y otras prendas fueron regalos de la trama Gürtel.
Tercero, niega credibilidad a los documentos incriminatorios y a los reiterados testimonios que afirmaban que Camps se llevó los trajes sin pagar. Según el jurado, las boletas que recogían los encargos de trajes para el expresident "no son documentos mercantiles y, por tanto, carecen de credibilidad". Además, los miembros del jurado niegan crédito a la declaración de Isabel Jordán y a sastre que declaró haber entregado a Camps sus trajes. "Su declaración incurre en contradicciones" asegura el fallo que no detalla esas supuestas contradicciones.
Y cuarto, el jurado concluye que ni siquiera "ha quedado probado que los bultos que salieron de la tienda Forever Young fueran prendas de vestir".
Los abogados de la acusación esperaban más
Las nueve personas (once durante las vistas debido a que dos de ellos han ejercido de reservas) que conforman el jurado habían dado muestras de inclinarse por un veredicto de "no culpable", aseguran fuentes de la causa que afirman que esperaban una votación todavía más clara de siete votos frente a dos. Finalmente, dos de las personas que apostaban por la inocencia de Camps han cambiado su fallo, por lo que el veredicto se aprueba por el mínimo margen posible.
El jurado ha sido objeto sospecha después de conocerse que un miembro de nuevas generaciones frecuenta el hotel en el que se deliberaba sobre el fallo. La imagen que fue publicada ayer por el diario El País fue contestada por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que aseguró: "no sé qué hacía ese chiquillo allí".
Los abogados pasaron más de doce horas (frente a las dos o tres habituales) seleccionando jurados. Los integrantes del jurado han tenido prácticamente que convivir en las mismas dependencias durante sesiones interminables, han comido todos los días juntos (casualmente a pocos metros de la vivienda del expresident Francisco Camps) y han permanecido localizados y en constante comunicación con el secretario judicial, responsable de su coordinación.