En su última nota semanal, el economista jefe de Citi, Willem Buiter, considera que solo hay dos opciones para garantizar la sostenibilidad de la deuda. O se opta por duros ajustes presupuestarios, que implicarán años de austeridad, crecimientos económicos negativos, e incremento del paro, o, por el contrario, se reestructura la deuda, pública y privada. La opción parece muy fácil, a simple vista.
La reunión de los líderes europeos del 9 de diciembre
La nota semanal de Buiter pretende analizar si el acuerdo al que lleguen los líderes europeos el 9 de diciembre será suficiente para disipar las preocupaciones de posibles incumplimientos soberanos desordenados de Italia o España, y una ruptura del área Euro. Lo hace de una forma original, a través de un diálogo o intercambio de pareceres entre un observador del mercado preocupado y el economista jefe del Citi.
Analiza y abarca todos los puntos relevantes en torno a la crisis de la Eurozona. Desde por qué un nuevo Plan de Estabilidad y Crecimiento (curiosamente por la negativa de Francia y Alemania a asumir las multas derivadas de su incumplimiento en 2003) hasta las dotaciones del nuevo fondo de estabilidad financiera, pasando por el papel del BCE.
Sin embargo, conforme el propio Buiter se va animando en la conversación, llega la parte más interesante, esas ideas que hacen que su análisis siempre sea distinto, original, y clarividente, frente a la mediocridad del consensus. Recordemos que Buiter, junto a su mujer Anne Sibert, fue el autor intelectual del rescate islandés.
Crecimiento y políticas económicas
A la pregunta de si es posible que la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, o Reino Unido vuelvan a un crecimiento económico sostenible a través de la política monetaria y/o fiscal, su respuesta es rotunda: ¡no!
Buiter considera que la política monetaria está en trampa de liquidez, y la expansión fiscal está limitada por la fuerte acumulación de deuda pública y privada.
Respecto a las políticas de oferta, privatización y reformas estructurales, Buiter también lo tiene claro: “Incrementarán el nivel de crecimiento potencial pero es improbable que hagan renacer espontáneamente los animal spirits capaces de impulsar la inversión en capital fijo o el consumo de las familias”.
Cómo reestructurar la deuda
El problema es otro: cómo reestructurar la deuda porque el mundo está ante una crisis de deuda. Y sólo caben dos opciones: o austeridad, recesión y paro, o reestructuración de la deuda, es decir, quitas.
Como advierte Willem Buiter, “no tenemos mucha experiencia sobre la voluntad de los electores en tiempos de paz de soportar años de austeridad, crecimientos económicos negativos, y aumento del desempleo, pero eso es lo que se conseguirá, salvo que se opte por una reestructuración de la deuda, pública y privada”.
Frente al punto de vista del BCE de que las quitas simplemente socavan la confianza de los inversores en toda la zona euro, el economista jefe de Citi lo tiene muy claro: “o los gobiernos italiano y español después de muchos años de austeridad restauran la solvencia, o implementan una reestructuración ordenada de sus deudas… Los crecimientos económicos muy bajos o negativos junto a una tasa de paro creciente serán la norma en la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos o Japón, al no ser que se implementen procedimientos al margen de los mercados, mediante una reestructuración de la deuda soberana, bancaria, y de las familias”.