Pocas semanas después de que el Museo del Prado descubriera que su copia del cuadro "La Gioconda" fue pintada paralelamente a la de Leonardo Da Vinci y en su mismo taller, ha llegado a Madrid la réplica de "La última cena" del maestro italiano, obra de su discípulo Giampietrino.
Una obra maestra que, además de su calidad intrínseca, tiene un valor excepcional para conocer lo que Leonardo Da Vinci quiso transmitir con "La última cena", una pintura mural que el maestro realizó en el siglo XV en el refectorio del Convento de Santa María de Gracia de Milán y que se encuentra en mal estado pues, ya en vida del pintor, empezó a deteriorarse.
El vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha asistido hoy al montaje de este cuadro, que tiene las mismas dimensiones que el original de Leonardo (8 metros de largo por 3 de ancho), dentro de la exposición "Da Vinci. El Genio", que se inauguró en Navidad en el Centro de Exposiciones Arte Canal.
La obra de Giampetrino es propiedad de la Royal Academy of Arts de Londres y fue cedida al Magdalen College de Oxford. Ha llegado a Madrid procedente de la National Gallery de la capital británica, donde ha estado expuesta durante tres meses.
"La última cena" (de entre 1495 y 1497) fue el trabajo más ambicioso que ejecutó Da Vinci por encargo de Ludovico Sforza, pero debido a las novedosas técnicas que empleó, esta pintura al fresco empezó a deteriorarse muy rápidamente.
Ya en 1517, en vida de Leonardo, se confirma que "La última cena" estaba en muy malas condiciones, ha explicado a Efe la comisaria de la exposición, Elisa Ruiz.
Pero antes de que se deteriorara, se pudo pintar esta copia a escala real, una réplica "extraordinaria", aunque diferente en su tercio superior, pues Giampetrino omitió el artesonado de la habitación y la heráldica de los Sforza.
Giampetrino era como se conocía a Giovanni Pietro Rizzoli, que se formó desde joven en el taller de Da Vinci y llegó a ser uno de sus mejores discípulos, ha recordado Ruiz.
El cuadro estuvo en un refectorio del Convento de los Dominicos de Pavía hasta el siglo XVII y en 1821 fue adquirido por la Real Academia de las Artes de Londres. Tras servir de modelo para que los pintores aprendieran el arte de la composición y la perspectiva, la vanguardia de finales del XIX consideró que estaba "pasado de moda", por lo que fue "enrollado y guardado en los depósitos", según Ruiz.
En 1980 fue redescubierto y, al restaurarlo, se comprobó que era "una réplica magnífica" de "La última cena", un caso similar a lo ocurrido recientemente con "La Gioconda" del Prado, ha referido la comisaria de la exposición.
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha señalado que el objeto de la exposición sobre Da Vinci, que podrá contemplarse hasta mayo, es enseñar "la obra de un genio universal que destacó en todos los ámbitos y fue uno de los grandes precursores de los avances del mundo moderno".
Ante el deterioro de "La última cena" de Da Vinci esta réplica permite estudiar "lo que quería representar el maestro", ha agregado González, quien que ha señalado que la obra ha sido vista en la exposición de Londres por 300.000 personas.
La obra, que llegó por mar a Santander procedente de Portsmouth (Inglaterra) y de allí se trasladó a Madrid en camión, fue montada esta mañana por seis operarios, pero no podrá ser vista por el público hasta el próximo viernes.