Los nacionalistas reclaman, como mínimo, los 220 millones de euros que, en su opinión, derivan de la disposición adicional tercera del Estatuto que compromete al Gobierno a invertir en infraestructuras el mismo porcentaje de PIB que Cataluña aporta al Estado. Además, se suman los 750 millones de la liquidación de 2008, todavía pendientes de pago. “Sabemos que en Madrid hay poco dinero, pero el Gobierno tiene que ser consciente de que no podemos dar cheques en blanco”, aseguran fuentes nacionalistas.
El problema ha sido ya abordado por Josep Antoni Durán i Lleida con la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría, encargada de trasladárselo al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro. Esta negociación, desarrollada a través de varias entrevistas, ha hecho posible algunos gestos de buena voluntad con el Gobierno por parte de CiU, como fueron su voto a favor del primer ajuste elaborado en diciembre pasado y de la reforma laboral.
En CiU se reconoce también la dificultad que entrañaría iniciar un distanciamiento creciente del Gobierno de Mariano Rajoy “en un momento en el que nuestras cuentas dependen más que nunca de lo que se decida en Madrid”. Con una deuda acumulada de casi 40.000 millones, Cataluña es una de las comunidades que más problemas está encontrando para financiarse en los mercados. Los parlamentarios nacionalistas que trabajan en Madrid reconocen, de hecho, una situación “de quiebra” en las finanzas catalanas, a pesar de todos los recortes que ha promovido en los últimos meses el Gobierno de la Generalidad.
Las mismas reservas que tiene CiU para asumir el coste político de avalar el ajuste presupuestario anunciado este viernes por el Consejo de Ministros las comparte también el Partido Nacionalista Vasco. Aun no se han reunido sus órganos de dirección para decidir el sentido de su voto en el debate presupuestario, pero fuentes nacionalistas anticipan que será similar al que esta formación ejerció con el techo de gasto. Es decir, habrá una abstención, si no un voto negativo, ya que el margen de Hacienda para dar contrapartidas económicas al PNV se reduce esta vez casi a cero.
Si las cosas no cambian de aquí a pocas semanas, el PP tendrá que sacar casi en solitario los Presupuestos de 2012, con la compañía de la Unión del Pueblo Navarro, compañera también de viaje de las últimas reformas económicas.