El presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, pretende alejar el fantasma de una moción de censura dando satisfacción a Izquierda Unida en una de sus más viejas reclamaciones: la rebaja del 5 al 3 por ciento en el porcentaje de voto para poder tener representación en la Cámara autonómica. El popular da así a la coalición de izquierdas lo que no quiso darle el PSOE durante años de enfrentamientos que se acabaron saldando con la decisión de IU de no apoyar al socialista Guillermo Fernández Vara tras los comicios del 22 de mayo. Medió, incluso, una consulta a las bases, que apostaron por un cambio de partido en el Gobierno de la Comunidad.
Esta semana "El País" informaba de que los socialistas preparaban una moción de censura contra Monago para enero, posiblidad a la que no dan mucha credibilidad en el cuartel general de los populares. Aún así, el presidente extremeño ha decidido promover la reforma de la Ley electoral autonómica para bajar el porcentaje de voto y facilitar con ello que la coalición de izquierdas se asegure para el futuro su presencia en la Cámara regional. Otras Comunidades ya lo hicieron, como el País Vasco, en su caso, reforma promovida por un gobierno del PNV para asegurar la presencia de Ezker Batua, entonces con Javier Madrazo al frente.
Aún así, fuentes populares no creen que el anuncio del PSOE pase de un mero amenaza, de un amago. "Ellos necesitan convencer a los tres diputados de IU, a nosotros nos basta con uno", subrayan desde Génova en relación al reparto de escaños extremeños, dado que Monago ser quedó a un diputado de la mayoría absoluta. Pero, a pesar de que la decisión de IU de no apuntalar a Vara vino precedida de una consulta a las bases que les avalan, otra cosa es que las políticas de ajuste que obligan a las comunidades para cumplir el objetivo de déficit del 1,5 acaben obligando a la coalición de izquierdas a marcar distancias con los populares.
El presidente extremeño, en horas bajas, tras encadenar tres dimisiones
A ello se unen una serie de acontecimientos recientes que no le están poniendo las cosas muy fáciles al presidente de la Junta extremeña. Y es que ha encadenado, nada más ni nada menos que tres dimisiones, a saber, la del ya ex consejero de Sanidad, Francisco Javier Fernández Perianes, que pasaba consulta oftalmológica en Portugal; la del delegado del Gobierno en la región, Alejandro Ramírez del Molino, por tener una farmacia; y, la última, ayer mismo la de la directora general de Infraestructuras y Transportes, Marta García, porque su esposo es accionista de una empresa que ha contratado con la administración. Tampoco hay que olvidar su reciente enfrentamiento con el alcalde de Barcelona, Xavier Trías, por calificar las obras del AVE a Extremadura de "catástrofe". Monago, en unas desfortunadas palabras, apeló a los "collons" para que se lo dijera a la cara.
La propuesta para reducir el porcentaje de voto para poder tener representación parlamentaria, ha sido presentada por el presidente del Parlamento de Extremadura, Fernando Manzano. A la misma iniciativa se ha sumado la propuesta de debatir una reducción en el número de parlamentarios autonómicos, que ahora es de 65, y que se considera excesiva para una Comunidad de un millón cien mil habitantes, así como una rebaja del sueldo de los diputados del 5 por ciento, que se une a otra de la misma cuantía que se hizo en la etapa de Fernández Vara.