Santiago Abascal e Ignacio Garriga tienen la agenda congelada desde principios de octubre. Estamos en vísperas de que el Congreso de los Diputados acoja la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez y todos los preparativos son pocos.
Según ha podido saber Vozpópuli, el presidente del partido verde consultó con juristas, médicos, empresarios y expolíticos de diversas formaciones su opinión sobre la iniciativa. No quiere errores en un discurso que servirá para enarbolar la quinta moción de la democracia. Y la primera contra el mandatario socialista.
El líder de la formación quería contar con la experiencia de diversas personalidades y conocer de primera mano cómo veían su rol como candidato a la presidencia tras el fiasco que supuso la búsqueda de un perfil "independiente" fuera de la órbita de la formación.
Esperanza Aguirre, que se erigió como improvisada "mediadora" entre PP y Vox para desalojar a Sánchez de La Moncloa, no ha formado parte de esa red de contactos. La puerta del despacho de Abascal ha estado abierta meses, pero ningún parlamentario se ha atrevido a cruzar el umbral.
Los discursos de Abascal y Garriga
El discurso de Abascal se centrará en defender una alternativa al Gobierno "social comunista" de PSOE y Podemos en el marco de la crisis sanitaria y económica que azota al país. En él ha recogido las reivindicaciones de diversos sectores profesionales. "Y las de la calle", cuentan desde su entorno. No habrá 'performances' en el Hemiciclo. "Poca parafernalia", revelan.
Garriga, aspirante a presidir la Generalitat de Cataluña, se encargará de justificar los motivos para la moción. Será largo. El diputado de Vox por Barcelona ejercerá el mismo papel que desempeñaron el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, en 2018 en la moción de Sánchez contra Mariano Rajoy. También el de la entonces 'número dos' de Podemos, Irene Montero, con Pablo Iglesias contra el exdirigente del PP.
Salvo sorpresa mayúscula, la iniciativa solo parece contar con el respaldo de los 52 diputados del grupo, lo que podría convertirla en la moción menos apoyada desde 1978. Ni el PP, y mucho menos Ciudadanos, se han mostrado proclives a respaldar a Vox.
Última planta de Bambú, 12
Pero en el número 12 de la madrileña calle Bambú eso ya no les importa. Allí se ubica el cuartel general del partido y es allí donde presidente y diputado perfilan sus intervenciones para los días miércoles y jueves. En concreto, en la última planta del edificio.
Ambos han escrito el grueso de sus discursos. Los asesores de la formación, tanto en Madrid como en Barcelona, han ayudado a perfilarlos. Entre ellos, Kiko Méndez-Monasterio, mano derecha de Abascal. Este último también ha supervisado las palabras de Garriga. "Estos días se han caracterizado por mucho trabajo, mucho deporte y pocas horas de sueño", explican desde la sede.
Otras de las figuras clave a la hora de preparar el asunto han sido los primeros espadas del grupo parlamentario: Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona. Tampoco ha faltado el portavoz del Comité de Acción Política de Vox, el eurodiputado Jorge Buxadé.
Según fuentes del partido, el diputado Juan Luis Steegmann, doctor en Medicina y especialista en Hematología, habría puesto en contacto al presidente del partido con algunos reconocidos profesionales médicos.
Vox comunicó su intención de presentar la moción a finales de julio, pero no registró la iniciativa hasta el penúltimo día de septiembre. El debate llega 22 días después de su presentación en la Cámara Baja.
A tenor de las últimas encuestas, incluido el barómetro del CIS, la propuesta no parece haber perjudicado a los de Abascal en intención de voto. Tampoco a Pablo Casado.
Poco amigos de los sondeos - al menos de cara al público- y conscientes de la negativa del resto de partidos, en Vox comienzan a divulgar el mensaje de que "pase lo que pase" su estrategia "está abocada al éxito". Aunque no salga adelante.
"Los españoles que están hartos de PSOE y Podemos podrán ver que al menos hay 52 diputados que entienden otra forma de hacer política", ha apuntado. Si solo hay 52, sabremos que el resto del Congreso prefiere a Sánchez en la Moncloa antes que cambiar el Gobierno de España", lanzan desde las filas del partido.