España

Suárez, una vida marcada por la adversidad personal (galería)

El expresidente del Gobierno tuvo que afrontar una vida personal marcada por el cáncer, una enfermedad que se llevó a su mujer y a una de sus hijas, y que afectó también a otra de ellas. Él mismo tuvo que ver cómo su memoria se apagaba hasta siquiera recordar quién era. 

  • Adolfo Suárez en las primeras elecciones democráticas tras la dictadura franquista, en junio de 1977

La dimisión de Adolfo Suárez en 1981 fue probablemente su decisión más complicada en lo que a lo profesional como político se refiere, después de haber guiado a una jovencísima democracia hacia su establecimiento en la sociedad española tras los años del franquismo. Sin embargo, al expresidente aún le quedaban por vivir los que seguramente fueran los episodios más duros de su vida: la pérdida de su mujer por un cáncer, la pérdida también de su hija Mariam por otro cáncer contra el que se mantuvo luchando once años, y la lucha contra esa misma enfermedad de sus hijas Sonsoles y Laura. Sin embargo, desde hace once años su memoria se fue apagando progresivamente por un alzheimer que en cierto modo ayudó a mitigar ese dolor por las pérdidas de sus seres queridos.

El expresidente del Gobierno acudió durante años a la capilla del convento de Mosén Rubí en Ávila para depositar flores naturales en la tumba en la que desde el 19 de mayo de 2001 reposan los restos de su mujer, Amparo Illana. El político abulense, clave durante el periodo de la Transición española, no dejó de visitar durante años el lugar en el que fue enterrada su esposa, según han relatado monjas Dominicas, encargada de custodiar este templo situado en pleno casco histórico de la capital abulense.

Alguna de ellas apunta que sus visitas se producían con relativa asiduidad, llegando a acudir una vez al mes a esta capilla en la que, tras depositar el ramo de flores, se arrodillaba para orar durante una hora ante la tumba de su mujer. Las propias religiosas han explicado cómo Suárez solía dejar dinero a la comunidad para que no faltaran flores naturales en la sepultura de Amparo Illana, cuyos restos reposan a la derecha de esta capilla bajo una lápida en la que puede leerse: "Exma Sra Amparo Illana Elórtegui. Duquesa de Suárez".

Suárez dejó de lado su vida pública en 2003, y desde entonces el principal portavoz de su estado de salud ha sido su hijo, Adolfo Suárez Illana, quien este viernes convocaba a los medios en la Clínica Cemtro para anunciar la delicada situación de su padre. 

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