La subida del Impuesto de la Renta comenzará a notarse a partir de febrero porque las empresa comenzarán a aplicar en esa fecha una nueva tabla de retención. Para la mayoría de contribuyentes, eso significa que en su próxima paga de febrero cobrarán ). En concreto, según las tablas aprobadas por el Ejecutivo quien tenga una nómina de 33.000 euros al año ganará casi 1.000 euros anuales menos; quien cobre hasta 53.000 euros perderá 2.136 euros de poder adquisitivo anual. En esos dos tramos se encuentra la mayoría de los contribuyentes españoles que tributan vía IRPF. Sólo un 4% de la población que paga impuestos mediante el Impuesto de la Renta declara nóminas superiores a 300.000 euros, lo que significa que la mayor parte del ajuste lo pagarán las clases medias.
Por tramos, así quedan los nuevos recargos: quienes cobren hasta 17.700 euros al año pagarán 132 euros más; quienes ganen hasta 33.007, 660; hasta 53407, 1.600 euros más en impuestos; hasta 120.000, 4.800 euros más; hasta 175.000, 8.700 y quienes ingresen 300.000 euros o más en sus nóminas pagarán 21.000 euros más en impuestos.
Dos de cada tres euros de los nuevos ingresos que el Ejecutivo prevé recaudar los pagarán quienes tienen nóminas. De hecho, de los 6.200 millones de recaudación total, el IRPF aportará 4.111 millones de euros al sistema.
Nuevos impuestos al ahorro
Quien disponga de una cuenta de ahorro también pagará nuevos impuestos. El objetivo es gravar las rentas del capital hasta conseguir 1.246 millones de euros, aunque el gobierno todavía no ha detallado qué productos y qué plusvalías va a gravar.
No parecen afectadas –según los técnicos de Hacienda—las llamadas ganancias rápidas o de la especulación (las que se generan en menos de un año de plazo, por lo general, fruto de inversiones especulativas en bolsa o por compra-venta de bienes).
El IBI también sube un 10% para las viviendas más nuevas
El Impuesto de Bienes Inmuebles también subirá para la mitad de la población, aunque en principio sólo para las propiedades urbanas y no para el suelo rústico. Si su casa tiene un valor por encima de la media de su ciudad, tendrá que pagar nuevos impuestos, según la nueva regulación aprobada por el gobierno que gravará más los domicilios más antiguos: un 4% para las viviendas más nuevas y hasta un 10% para las más antiguas. En dinero, quien a día de hoy pague un IBI de 300 euros anuales pasará a pagar unos 30 euros más si su casa supera los 300.000 euros de valor de mercado.
Por regiones, el nuevo impuesto afectará –sobre todo—a quienes ya soportan mayor presión fiscal en ese terreno, es decir, a quienes vivan en Cataluña, Madrid y Andalucía, quienes a día de hoy más pagan en concepto de IBI.
Los instrumentos para las grandes fortunas no se tocan
El análisis de la subida de impuestos refleja que serán quienes tengan una nómina quienes soporten la mayor parte de la recaudación. Sin embargo, las figuras que gravan a las grandes fortunas no se han modificado. Según denuncian los técnicos de Hacienda, los vehículos que sirven para la elusión de impuestos a las grandes fortunas no se modifican: las SICAV seguirán sin tributar más ni rentas ni por plusvalías. “Más del 70% de las SICAV están en manos de personas privadas y eso no se ha tocado en absoluto”, afirma José María Mollinedo, vicepresidente de la Unión Nacional de Funcionarios de Gestión de Hacienda.