En el aeropuerto militar de Torrejón de Ardoz, en Madrid, ya no queda ni un solo afgano. A finales de agosto, el campamento improvisado que montó la UME en el aeródromo sirvió para recibir e identificar a más de 2.206 evacuados. De ellos, más de 1.670 residen ahora en centros de acogida y pisos repartidos por toda España. Una nueva vida para "empezar de cero" después de huir a contrarreloj del nuevo régimen talibán.
"Quiero que mis hijos mejoren sus conocimientos y vivan sus esperanzas". Este es uno de los mensajes de WhatsApp que Abbas, un padre de familia afgano, intercambia por teléfono con Vozpópuli. Abbas, nombre ficticio utilizado en este artículo para ocultar su identidad, aterrizó en Torrejón el 23 de agosto con su mujer y cuatro de sus cinco hijos. En solo 12 horas, estaban rumbo a su nuevo piso en Castilla y León, donde pasan sus días desde entonces. Reconoce que ahora viven en "buenas condiciones", pero se "sienten solos". "He perdido todo en mi vida… Mi condición psicológica no es buena", lamenta. Tiene miedo por uno de sus hermanos y sus sobrinos, que no pudieron salir de Kabul: "Sus vidas están en riesgo".
Esta familia afgana es una de las 420 familias que España rescató de Afganistán entre el 19 y el 27 de agosto. Las Fuerzas Armadas sacaron del país asiático a los ciudadanos y familiares que habían trabajado para el Ejército y la cooperación española durante los últimos 20 años.
En Torrejón aterrizaron 17 aviones. Los afganos llegaron al aeropuerto con lo puesto, una mochila o bolsas de plástico con sus cosas. Pasaron sus primeras horas en las tiendas de campaña y estructuras del campamento temporal que levantó el Ejército. El dispositivo ─bautizado como 'Operación Antígona─ lo coordinó el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. También participaron Defensa, Exteriores, Interior y Sanidad.
En el campamento, el personal recibió, identificó y realizó pruebas de antígenos a los ciudadanos afganos que iban aterrizando en los aviones. Los funcionarios les explicaron los pasos que debían seguir si querían solicitar el asilo en España. El objetivo del Ministerio que dirige José Luis Escrivá era derivarlos lo antes posible al sistema de acogida de protección internacional. De hecho, la estancia media de los colaboradores afganos en Torrejón fue de 46 horas. La mayoría de los aterrizados eran familias numerosas con miembros bastante jóvenes, con una edad media de 22 años.
Para saber a qué CCAA derivarlos, los funcionarios realizaron 1.500 horas de entrevistas. Tuvieron en cuenta el número de plazas disponibles, las necesidades especiales de cada evacuado y sus posibles lazos familiares. Aunque, como detalló Escrivá el 2 de septiembre en una rueda de prensa, en España no existe "una red de refugiados afganos previa importante". En total se han derivado 1.672 afganos a las comunidades. Castilla y León es la región que más afganos ha acogido (249 ciudadanos). Le siguen Cataluña (208), Andalucía (188), Aragón (179) y la Comunidad de Madrid (179).
Pisos, clases de español y apoyo psicológico
Desde que abandonaron Torrejón, todos estos afganos se han alojado en centros de acogida y pisos que financia Migraciones. Las personas que entran en el sistema de acogida de protección internacional suelen permanecer dentro de este mecanismo entre 18 y 24 meses. Los afganos se encuentran ahora en una primera etapa que se alargará entre seis y nueve meses. Además de asentarse en pisos y centros, reciben clases de español o ayuda psicológica, entre otros servicios.
Abbas y su familia viven en un "apartamento" de tres habitaciones, con salón y cocina. Lo normal es que estas plazas de acogida incluyan manutención. Sin embargo, un número minoritario de las plazas de los pisos no cuenta con ella. Por eso se les da a sus huéspedes una ayuda económica mensual cuya cuantía depende de varios factores. Es el caso de Abbas: "Nos dan 370 euros al mes para comer y no es suficiente para nosotros. La Cruz Roja nos ayuda". Entre sus planes está conseguir un trabajo, "valerse por si mismo", y lograr que sus hijos "tengan futuro". Aunque se siente "bendecido" por estar en España, quiere ayuda para mudarse legalmente a Alemania, donde viven varios familiares suyos.
Segunda fase como 'refugiados'
Si la solicitud de asilo se resuelve correctamente durante los próximos meses, los ciudadanos afganos pasarán a una segunda fase en la que obtendrán la condición de 'refugiados'. En esa etapa tendrán una vida independiente, con una vivienda propia en el municipio en el que han residido en los anteriores meses y podrán alquilar gracias a las ayudas concedidas por el Ministerio. La cuantía de estas ayudas, en todo caso, dependerá de varios requisitos técnicos.
El Ministerio de Migraciones quiere potenciar el "patrocinio comunitario" para esa segunda etapa. Este sistema se probó por primera vez en Canadá. En España se han realizado pruebas piloto con refugiados sirios en el País Vasco y la Comunidad Valenciana. En líneas generales, este mecanismo busca que los refugiados estén apoyados y acompañados por diferentes actores de su comunidad (asociaciones, vecinos, etcétera) durante su proceso de inserción. "En ausencia de redes nacionales, el arraigo tiene que producirse por un compromiso muy fuerte de la comunidad en su conjunto en la que ellos van a vivir", explicó Escrivá.