Quien la daba por muerta, al menos en su partido, se equivocaba. Ana Botella no solo aguantará en la alcaldía de la capital al menos hasta mayo de 2015, sino que hará cuanto esté en su mano por presentarse y repetir. Tras la tragedia del Madrid Arena y el batacazo de Madrid 2020, la huelga de 13 días de limpieza que inundó Madrid de porquería parecía la puntilla, pero los últimos escándalos que azotan al PP, que van desde el registro de Génova a la imputación de la mujer del presidente regional Ignacio González pasando por la polémica ley del aborto, la han alejado momentáneamente de los focos. Y ella lo ha aprovechado, ora ejerciendo de verso suelto, ora vendiendo su gestión económica, según la cual Madrid ha obtenido 1.000 millones de superávit en 2013, un argumento “artificial y ficticio” para toda la oposición municipal.
Botella también se mueve fuera de su labor en el Palacio de Cibeles. La semana pasada El Mundo la plasmó en su portada, fotografía que vino acompañada de la siguiente frase: “A pesar de las dificultades propias del cargo con las que ha tenido que lidiar, Ana Botella no se rinde, sigue firme. E incluso es capaz, de vez en cuando, de dar un tirón de orejas a su propio partido”. Lo de que no se rinde lo aseguran varios concejales del PP en el Ayuntamiento, quienes insisten desde hace tiempo en la resistencia numantina de la esposa del expresidente Aznar. Y por si fuera poco, ha maniobrado hasta el punto de dejar pasmados a dirigentes de su formación, caso de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, teórica rival suya en el PP para ocupar la alcaldía y candidata a priori más solvente que Botella en la carrera por atraer más votos.
El asombro de la delegada
El encontronazo, inesperado para Cifuentes, tuvo lugar el pasado 9 de diciembre en un acto con los militantes del PP del Distrito de Vallecas en el que fue premiado el presidente autonómico Ignacio González. Sobre el papel iban a acudir a oficiar el evento la delegada y el presidente del Pleno, Ángel Garrido (Garrido es uno de los ediles populares mejor valorados por la oposición municipal). No se aguardaba la visita de la señora alcaldesa, quien se colocó en primera fila entre los organizadores del acto y, al parecer, pronunció un breve discurso, algo lógico tratándose de la regidora en funciones.
La sucesión de escándalos que afectan al PP han permitido a la alcaldesa escapar de los focos y moverse por su cuenta
Un movimiento que sin embargo causó asombro a Cristina Cifuentes, según ha podido saber este medio a través de personas cercanas a la delegada. El de Vallecas era el segundo acto político de Cifu tras el grave accidente de moto el pasado 20 de agosto en el Paseo de la Castellana. La delegada todavía se recupera del doloroso incidente y últimamente ha sido aireada su posible intentona a asaltar Cibeles, o quién sabe si cotas mayores (hay rumores que la sitúan como candidata en la comunidad: ahora suenan con más intensidad tras el Caso Ático que afecta directamente a González).
Los sondeos decidirán
La pugna en el PP de Madrid por copar las listas electorales amenaza con dejar más episodios como éste, y en Génova se trabaja por atenuarlos: como adelantó Vozpópuli, ya hay encuestas en marcha para dirimir quién puede ser el candidato más idóneo. A las dos candidatas en liza siempre se les añade el tercer nombre, el de Esperanza Aguirre, cuyas intenciones son impredecibles. Otro nombre: el de la consejera de Educación, Lucía Figar.
“Cuando quede poco para las municipales y autonómicas, esos sondeos propiciarán una decisión tanto del aparato regional como de Génova. Entretanto, hay que esperar, porque alguno de esos tres nombres puede caerse, así como aterrizar otros. Y el baile de sillas parece que alcanza también a Nacho González”, reflexiona un concejal del PP. Espe, por su lado, sigue reivindicando las primarias como paso fundamental para regenerar al partido. Mientras, el trajín de Caja Madrid no se ha detenido, el jaleo del ático de Gónzalez acaba de meter quinta y el Caso Bárcenas y la trama Gürtel siguen ahí. A PSOE, IU y UPyD poco les importan los líos sucesorios. “La verdad es que preferiría que la candidata fuera Ana Botella”, bromea un concejal de la oposición.