El virus del Nilo (VNO) ha provocado una nueva víctima mortal en Sevilla. Se trata de una vecina de Coria del Río. La mujer tenía patologías previas y había sido ya diagnosticada el pasado mes de agosto. Con este fallecimiento, las víctimas provocadas por la picadura del mosquito en 2024 llegan ya a la decena y este es el peor año en la región desde que existen registros de esta dolencia.
Los registros de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía revelan además que en la última semana también se han detectado dos nuevos positivos en la provincia de Sevilla, de neuvo, en las localidades reincidentes de Coria del Río y la Puebla del Río.
Pero el nuevo parte de la Consejería ofrece un rayo de esperanza: más allá de los dos nuevos contagios y la nueva muerte, están en las trampas de mosquitos con las que Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica controla a los insectos, el principal vector de transmisión de la enfermedad. Tras cinco meses de muestreos preocupantes, al fin las trampas colocadas por todo el Bajo Guadalquivir no hay rastro de mosquitos que puedan contagiar el VNO (Culex perexiguus).
Los análisis a mosquitos en el resto de las trampas tampoco detectan circulación de VNO. Se cumple así la previsión, a pesar de que las altas temperaturas han seguido empujando el mercurio en las últimas semanas, lo que favorece la cría de larvas del mosquito. Todo apunta a que la labor de fumigado que desarrollan los municipios está dando resultado.
Al menos 4 años con un vecino incómodo
No obstante, a pesar de que este año se están batiendo los récords de contagios y víctimas mortales, las autoridades sanitarias se afanan por recordar que alrededor del 80% de las infecciones por el VNO en humanos son asintomáticas y menos del 1% deriva en consecuencias graves. De hecho, las diez víctimas mortales eran personas mayores que ya contaban con patologías previas.
Las consecuencias –por raras que sean- más dramáticas de esta picadura derivan en casos tratables como meningitis, enfermedades neuroinvasivas, pero ante los que aún no hay un tratamiento específico. La vacuna aún tardará unos años en llegar, por lo que investigar la propagación del mosquito y prevenir picaduras con la batalla doméstica es la mejor manera de evitar males mayores.
Una red de detección como nunca antes
La localización de los emplazamientos para las trampas se realiza en 40 municipios de
Andalucía, que han sido definidos como áreas de riesgo alto o moderado o porque aportan por su ubicación información sobre cómo progresa la expansión del mosquito a otros territorios.
En esta labor, destacan fuentes de Salud, está siendo especialmente relevante la colaboración entre la Estación Biológica de Doñana y el CSIC con el Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva. En ese muestreo se constata que hay más mosquitos, aunque por suerte, no se contagian. De hecho, a la preocupación del VNO este inicio de otoño viene acompañado por una frase común en todos los rincones de Andalucía occidental: la cantidad de mosquitos que hay “no es normal”.
El criterio que se ha utilizado en la localización de las trampas en los territorios seleccionados ha sido el de zonas donde sea esperable una abundancia importante de las cuatro especies de mosquitos que, suelen ser, las zonas con más facilidad de cría de larvas: zonas con presencia de agua estancada y con baja salinidad, lo que nos remite a los arrozales del Bajo Guadalquivir. En total, este año se han desarrollado 800 puntos de muestreo para tratar de aplicar medidas de fumigación y retención de los mosquitos, por muy imposible que sea, en las localidades más afectadas.
Alejando el análisis del punto más conflictivo -el entorno del Guadalquivir en Sevilla- se detectan picadura con contagio en caballos de Lucena (Córdoba), Gibraleón (Huelva), Aznalcázar (Sevilla) y Almargen (Málaga). Hay que señalar que los equinos, al igual que las personas, son elementos finales de la cadena de transmisión del VNO, es decir, padecen la enfermedad, pero no contagian.
El escrutinio del VNO ha llevado a que la Consejería de Medio Ambiente detecte positivos en aves de Sevilla y Cádiz. Aves que, si entran en contacto con mosquitos, pueden volver a reactivar la transmisión del VNO, con lo cual, el equilibrio es muy frágil, es la delicadeza de la zoonosis que transmiten los mosquitos del género Culex que deriva en las Fiebres del Nilo Occidental, una enfermedad que, a pesar de su exótico nombre, está más que asentada en Andalucía.