Está navidad, Sevilla no solo recupera las luces, los dulces y el aire de nostalgia y magia que envuelve a estas fechas. Medio siglo después, los serenos vuelven a las calles de la capital de Andalucía en forma de agentes cívicos en un proyecto piloto del consistorio hispalense. Los últimos serenos en cuidar las calles sevillanas desparecieron en los años 70 dejando paso a la Policía Local. Pero los serenos vuelven el próximo 21 de diciembre, según apuntan desde el Ayuntamiento, aunque ahora les llaman agentes cívicos y no llevarán un manojo de llaves, harán labores de vigilancia del patrimonio y darán seguridad por las noches a los transeúntes. Su horario será de once de la noche a seis de la mañana e irán en parejas.
Los serenos comenzará sus labores en el Casco Antiguo de la capital. Una vez evaluados, se podrán extender a otras zonas. Dentro del Casco Antiguo las labores de estos 20 serenos divididos en 10 parejas vigilarán los diferentes distritos según ha informado el Ayuntamiento: Alfalfa, Arenal, Encarnación-Regina, Feria, Museo, San Bartolomé, San Gil, San Julián, San Lorenzo, San Vicente, Santa Catalina y Santa Cruz. La jornada será de 35 horas semanales, de lunes a domingo con dos días de descanso.
Estos agentes cívicos cumplen el compromiso adquirido por el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, de poner en marcha el proyecto antes de Navidad, tal y como ha resaltado el delegado de Cartuja, Parques Innovadores, Empleo, Economía, Comercio, Álvaro Pimentel. Ha asegurado que la puesta en marcha del proyecto “es una medida que favorece la inserción laboral de las personas desempleadas de la ciudad, especialmente en aquellos grupos de edad con mayores dificultades”. En este sentido, Pimentel ha indicado que “el programa tendrá una duración de 9 meses y a su término esperamos que pueda haber servido para la inserción laboral de todas aquellas personas contratadas, gracias a las habilidades y competencias adquiridas”.
¿Cómo son los candidatos a serenos del siglo XXI?
El proceso de selección se ha realizado entre personas que buscaban empleo con edades comprendidas entre los 40 y los 55 años, inscritas como demandantes no ocupados registrados como parados en el Servicio Andaluz de Empleo. Los candidatos debían estar en posesión de una titulación de Enseñanza Secundaria Obligatoria o equivalente para los oficiales de primera y una titulación de Certificado de Escolaridad o equivalente para los ayudantes obrero.
Todos los que optasen a ser serenos del siglo XXI, debían estar empadronados en Sevilla y no tener antecedentes penales no cancelados por delitos de violencia doméstica o de género, por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos; o por delitos de tráfico ilegal o inmigración clandestina de personas o por delitos de terrorismo. Del mismo modo, no debían haber sido expulsados de una agrupación como Protección Civil por resolución administrativa firme ni contar con denuncias tras haber trabajado en empresas de seguridad privada.
Las funciones los serenos en 2023
Las funciones de estos serenos del siglo XXI se encuadrarán en la ordenación de convivencia ciudadana y los usos del espacio público sin que desempeñen una función de protección de personas y bienes ante peligros. Su labor se centrará en la gestión del espacio público. Su presencia contribuirá a dar una mayor sensación de tranquilidad a los vecinos. Tendrán una función muy relevante para la detección de situaciones problemáticas de diversa índole y origen (accidentes, actos incívicos, hechos delictivos), lo que permitirá al Ayuntamiento poner en marcha los mecanismos adecuados en cada caso para resolverlas, al tiempo que pueden ser colaboradores eficientes de la Policía Local.
Podrán cumplir una función preventiva, pedagógica y orientadora, o incluso llevar a la práctica una mediación que evite un conflicto, o bien llegar a una solución dialogada si fuera preciso. Otra de las funciones que se plantea para los agentes cívicos es la posibilidad de proporcionar acompañamiento en la vía pública a personas que pueden encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad y que se vean expuestos a posibles casos de violencia, agresiones o robos. La presencia de este cuerpo puede generar un efecto disuasorio con respecto a los comportamientos violentos previa y complementaria de la seguridad hacia las personas que ofrece la Policía Local en caso de conflicto o delito. Este tipo de servicios, sin llegar a entrar en el ámbito de la vigilancia ni de la seguridad, han sido aceptados y bien percibidos y valorados por la ciudadanía.
Otra importante función puede llevarse a cabo con las personas perdidas en la calle, especialmente en casos de amnesia o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, no solamente avisando a la Policía Local, sino esperándose con ellas o, incluso, siguiéndolas para que no vuelvan a perderse. Estos servicios se proyectan para la ciudadanía en general, pero también para colectivos más concretos, como turistas, establecimientos comerciales y comunidades de vecinos. Su puesta en marcha se contempla como especialmente relevante para colectivos vulnerables, como las personas con discapacidad o personas, familias o grupos con dificultades y ciudadanos con carencia de medios de subsistencia.