El asesinato del pediatra cubano Rafael Piorno Fermoselle está suponiendo un auténtico desafío para los agentes de la Guardia Civil. Los investigadores sospechan que el médico fue víctima de una trampa mortal y conocía a su atacante, según informan fuentes del caso a Vozpópuli. Los funcionarios analizan los últimos movimientos de la víctima y a su entorno para encontrar las respuestas de un homicidio que fue planificado y ha conmocionado a Roquetas del Mar donde este hombre había ejercido durante años.
Una de las últimas personas que se comunicó con el pediatra fue uno de sus hijos. Este hombre ya ha proporcionado la información correspondiente sobre sus últimas conversaciones a los funcionarios que practican las pesquisas del caso. Un caso que en un principio parecía un robo con violencia ya que la víctima fue hallada atada con bridas y con al menos tres puñaladas de arma blanca.
Sin embargo, el domicilio del doctor no estaba revuelto y en una primera inspección ocular no se percibió que faltaban objetos de valor. Es más algunas de las valiosas pertenencias del pediatra estaban intactas en el interior de la casa. Una casa que estaba en venta y por la cual estaba recibiendo visita de posibles compradores.
Esa es otra de las pistas que tienen los agentes de la Guardia Civil. La cerradura de entrada en la vivienda no estaba forzada pero si tenía restos de sangre. Las pruebas aclararán si eran manchas de la víctima o del agresor.
Los investigadores regresaron el pasado martes al lugar del asesinato del pediatra para recabar nuevos detalles del crimen. Tampoco sonó el sistema de alarma del inmueble ni los vecinos escucharon gritos en las horas del suceso.
Investigan sus negocios
Todas estas diligencias invitan a pensar que el pediatra abrió de forma voluntaria la casa al agresor ya que le conocía o había concertado una cita con él. De ahí que se investigue a las personas de su entorno y su dispositivo móvil, que esclarecerá quién puede estar detrás del crimen.
Otras de las pesquisas que están realizando de forma discreta los agentes es identificar con quién tenía negocios el pediatra. Y es que el hombre, de 76 años, se había jubilado pero seguía revisando a sus pacientes en la casa.
El asesinato de Rafael Piorno Fermoselle ha generado una gran conmoción en Roquetas de Mar. Este prestigioso pediatra había estrechado vínculos con una buena parte de la población gracias al cariño de las familias a las que había tratado desde muy temprana edad.
Rafael era de Santiago de Cuba y se graduó en Cirugía Ortopédica y Traumatológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, según los medios cubanos. Desembarcó en España desde hace más de dos décadas con su esposa. Desde ese momento comenzó a trabajar en el sector de la sanidad pública.
Los planes de futuro del pediatra
También había protagonizado incursiones en la vida política de Roquetas de Mar. El pediatra ocupó el puesto 21 en las últimas listas electorales a las elecciones municipales de mayo de 2023 por parte del Partido Popular. Nunca llegó a ocupar un puesto como concejal ya que, según su entorno, su verdadera vocación era el ámbito sanitario y lo compaginaba con su lucha por los servicios sociales.
Después de separarse de su primera mujer mantuvo otra relación, que, tampoco fue bien, y en la actualidad el pediatra vivía solo en el barrio de Aguadulce. Entre sus planes de futuro estaba vender su vivienda y mudarse cerca de sus hijos para tener una plácida jubilación. Unos deseos que fueron frustrados por una trampa mortal por la que aún se busca al culpable.