El abrasador día del Patrón de la Policía celebrado en la Plaza de España continúa dejando estragos. Si los uniformados –con traje largo- padecieron durante el festejo los 35º al sol manteniendo a duras penas la formación, la resaca de la fiesta es duradera. El motivo, los reproches al ministro Fernando Grande Marlaska.
El alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz pide 500 efectivos más de la Policía Nacional. Asociaciones sindicales de los uniformados llevan años reclamando que se actualice el catálogo de puestos de trabajo. Un documento orgánico que no solo no se cumple, sino que está desactualizado desde 2007.
Por su parte, el ministro de Interior asegura que la Policía Nacional en Sevilla tiene un 11% - 350 funcionarios más - más de efectivos desde que él asumió la cartera en 2018, “tenemos el mayor número de policías y guardias civiles de toda la historia”, afirma Marlaska.
Pero ese triunfalismo no se compadece con la realidad a pie de calle. El alcalde de Sevilla pide 500 uniformados, pero “sin hacer trampas al solitario”, en alusión a que hay numerosos uniformados en prácticas o en régimen de sustitución temporal.
“En lo que llevamos de año se le han enviado hasta tres cartas, en marzo, abril y el pasado 11 de septiembre, solicitando una reunión para tratar asuntos de seguridad y seguimos sin respuesta”, explica el regidor hispalense, que cifra en 500 el número de Policías requeridos.
Trabar sin garantías de seguridad
Trasladando este cruce de datos a lo que sucede sobre el terreno y en las patrullas, la situación es alarmante para los uniformados. Desde el Sindicato Unificado De Policía SUP detallan a Voz Pópuli que es necesario volver a abordar el catálogo de puestos de trabajo que establece las dotaciones territoriales.
En Sevilla, el catálogo está cubierto al 96,9%, revelan desde SUP, para una dotación de 1.171 policías. El problema es que la dotación es obsoleta, porque aseguran los profesionales, “lo que realmente necesita Sevilla es que su catálogo tenga 1.300 policías y no 1.171", es decir 129 uniformados más con una plaza consolidada porque, además, la Unidad Adscrita está bajo mínimos, teniendo solo un 50% de efectivos.
El catálogo está vigente desde 2007 y prácticamente se cumple en toda España, detallan desde SUP. El problema es que hay que reestructurarlo al completo porque no está adaptado a la realidad delincuencial actual. “No se ha adscrito una persona más desde 2007, pero piensa en cómo ha cambiado la realidad delictiva desde entonces”, denuncia el SUP.
La realidad de la violencia machista
Especialmente críticos se muestran los sindicatos policiales respecto a la falta de dotación en lo que afecta a la violencia de género, “con todo lo que este gobierno se supone que se preocupa por este tema y se dan golpes de pecho”. No obstante, denuncian desde SUP no tener herramientas para afrontar un reto máximo que tiene un carácter transversal.
Una mujer maltratada o en riesgo “necesita apoyo policial 24 horas al día durante los 7 días de la semana”. El catálogo estipula que, en teoría, los policías de detección deberían tener adjudicados a unas 40 víctimas. Pero la realidad es que llegan a gestionar la situación y el seguimiento de más de 100 víctimas.
Según la estadística, sólo en Andalucía, los delitos contra la libertad sexual que contemplan las agresiones sexuales con penetración y al resto de delitos contra la libertad sexual fueron 1.561 y 1.506 solo en los cómputos del primer semestre de 2023 y 2024.
Papel mojado
El crimen ha cambiado drásticamente, pero no la manera en la que lo combatimos. Desde el sindicato señalan al crecimiento de los ciberdelitos, un ámbito prácticamente inexistente cuando se creó el catálogo. Desde SUP detallan que precisamente estos delitos requieren más tiempo de seguimiento y especialización. Las estadísticas revelan que estos delitos se han incrementado en un 14%.
Mirando más allá de Sevilla capital, teniendo en cuenta que colinda con ciudades como Dos Hermanas o Alcalá de Guadaira, el Catálogo establece 2.258 policías que ni siquiera son más que los que tiene, por ejemplo, la provincia de Cádiz.
Por otro lado, denuncian que, aunque la criminalidad convencional bajó un 7% en Sevilla, ha crecido la peligrosidad de la delincuencia, cada vez más y mejor armada en comparación a los “equipamientos claramente insuficientes” de los que disponen los agentes. En ocasiones, ni siquiera tienen chalecos-antibala.
Como ejemplo, en septiembre tres reclusos considerados delincuentes habituales consiguieron escapar de un furgón policial en un traslado programado de la prisión, rompiendo el techo del vehículo. Es decir, hay vehículos que no aseguran los criterios de seguridad. Eso sucede en otras instalaciones como las dependencias obsoletas que mantienen a perros y caballos en espacios reducidos y en una “salubridad cuestionable”.
